Wednesday, November 06, 2013

rubén y patricio matan con baile a algún anciano

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"rubeeeeen!" gritó patricio, bajando a toda velocidad por una colina en su bicicleta. iba tarde a ensayar. rubén y patricio tenían un grupo de baile, por el momento sólo eran dos, pero todos los días buscaban a un tercero, nada de suerte hasta entonces. rubén, un tipo con labios enormes como de pez gato y lentes de aumento escalofriante, estaba parado en su jardín delantero, viendo el cielo con la cara fruncida, con las manos en la cintura, sacando la barriga. patricio pasó con la bicicleta fuera de control, se fue a estrellar contra un árbol y se abrió la cabeza, sangre brotó de su frente, pintando de rojo su cara de rasgos infantiles, parecía más joven de lo que en realidad era. rubén corrió torpemente hasta su amigo de años, "oh crito! oh jesús" no era creyente, pero no había actualizado sus expresiones a su presente ateo. patricio, tirado en el pasto de la casa de enfrente, la casa de los rodríguez mendieta, una pareja de ancianos escuchando canciones viejas en su sala decorada en los años 60, no sabía que había pasado, la cabeza le daba vueltas y un pedazo de madera le salía de la frente. la víctima de la velocidad, desorientado, vio a rubén parado junto él haciendo una cara especialmente fea, se preguntaba sobre el dolor agudo en su cabeza, sobre que habrá salido mal, pero, pasó un segundo, y supo que no había tiempo que perder, que si querían ganar la competencia de talento de la prepa 16 tenían que ponerse serios y sacrificarlo todo en nombre de la perfección. "rubén" dijo con sangre coloreando su playera, "se nos hace tarde..." y un brillo de decisión resplandeció en los ojos color agua puerca del jovencito medio bruto, pero de buen corazón, una seriedad admirable explotó en su gesto y una hambre de triunfo era la conclusión que sacaría hasta el más despistado al ver aquel rostro ensangrentado, "se hace tarde para enseñar" terminó solemne, sentando en el pasto con hormigas mordiendo su pantorrilla. rubén, quien hasta ese momento estaba parado sin saber que hacer, nunca esperó aquella reacción de su compañero de baile, y, cacheteado por sorpresa, abrió los ojos por completo después de una vida de tenerlos entreabiertos, sacó los labios como perfilándose para un beso, y, cuando su cerebro terminó de computar todo lo que acababa de pasar, sonrió impresionado y orgulloso. "de acuerdo!" gritó rubén, ayudando a patricio a pararse y, ya en posición, permanecieron inmóviles, muy derechos, con la dulce brisa de primavera cooperando para que la escena fuera una genial. en la casa, los viejitos los miraban desde su sala, espantados por el ruido de cabeza contra árbol, preguntándose que hacían esos dos atolondrados, "mira, marta" dijo el viejo, "qué estarán haciendo esos dos ahí parados". de regreso en el jardín, junto al árbol, viendo hacia adelante, con cara de absoluta seriedad y concentración, "listo?!" gritó rubén, "listo!" contestó patricio en la misma pose, su herida ya había cicatrizado gracias a su fulgurante pasión por el baile, y contaron en sus mentes "y 1... y 2... y 1, 2, 3". la coreografía, diseñada con igual partes de corazón y cerebro, reflejaba la angustia adolescente del no precisamente bello, del socialmente torpe, del que se sienta frente los controles de la lujuria natural, quejándose por la falta de manual y sin la menor idea de qué le está pasado al cuerpo y mente al presenciar el desfile aparentemente interminable de criaturas mágicas que joden con lo más primitivo y profundo de uno, empezó y explotó en una serie de movimientos hermosos, los rodríguez mendieta, todavía asomados por la ventana, fueron agarrados desprevenidos. los dos amigos se movían exactamente igual, un reflejo el uno del otro, con gotas de sudor saliendo disparadas hacia el aire, con pujidos de esfuerzo resonando en toda la calle, con vapor olor a cheetos saliendo de sus cuerpos. los ancianos, boquiabiertos, nunca habían visto semejante espectáculo y al decrépito testigo de la expresión adolescente le explotó una embolia que llevaba años latente en su cerebro. "sí!" se escuchó desde el jardín, los dos muchachos celebraban, saltando, doblando las rodillas, sonriendo, con lagrimas de felicidad corriendo por sus caras, abrazándose, sintiéndose como dos jóvenes compositores después de terminar esa obra que les daría ansiado reconocimiento. rubén y patricio, sin darse cuenta de lo que habían hecho, fueron muy emocionados a la casa de rubén, intercambiando notas "sí, sí, pero en el paso 32 creo que deberíamos hacer esto" "de acuerdo, de acuerdo". al señor rodríguez mendienta se lo llevaron horas después, con la señora rodríguez mendieta viendo detenidamente el cadáver pálido con gesto deformado de su marido de 50 años. terminaron de meter al anciano y la señora se quedó parada unos segundos en la calle, viendo atónita como se alejaba la ambulancia. la viejecilla, sola por primera vez en décadas, cerró al puerta delantera lentamente, escuchó el refrescante y novedoso silencio, se sentó un poco nerviosa en su sala sin creer lo que acababa de pasar y "por fin", dijo con una sonrisa formándose en su cara "por fin... puedo cagar con la puerta abierta".

"sí!".

A COCOON CENTRAL DANCE TEAM

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