Friday, May 16, 2014

adiós, linduras, hasta nunca

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lo había olvidado casi todo, estaba limpio y listo para continuar. miré al cielo y luego hacia adelante, de un segundo a otro el historial de la exploración existencial había sido borrado. dónde está la depresión, dónde está la amargura? parecen nunca haber estado, parece que después de revolcarme durante años en mierda ahora me había dado el más cuidadoso y obsesivo regaderazo. adiós, hasta nunca.

perdido en la pendejez del momento, en el déspota control del instante, escribía un cuento corto titulado "el hospicio del alma, el funeral del corazón" por supuesto todo robado de todos lados. llevaba encarcelado casi 10 años y el tiempo ya no importaba; el segundo y el minuto, el año y la década habían perdido todo su significado. "llevas aquí toda la vida" me decía alguno, yo levantaba los hombros, sacaba el labio, qué más da. "he ganado perdiendo" escribía en mi cuento que jamás nadie leería y miraba mi papel y sentía la sangre acumularse en mis dedos y mi corrector de ortografía instalado en mi cerebro sonaba y fui interrumpido. alguien tocaba la puerta de mi celda. "estás libre, puedes irte, se ha acabado" así no más, de un segundo a otro podía volver al mundo real, yo tan acostumbrado a estar preso, hice lo de los hombros, hice lo del labio, levanté las palmas hacia el cielo y salí con miles de pequeñas hojas forma francesa arrugadas de regreso a ustedes, de regreso a los mini supers, de regreso a matar el tiempo y sentir culpa al respecto. era libre.

caminaba con el mayor estilo que mi cuerpo me permitía, haciendo sonar los barrotes con mis dedos. caminé erguido, tan orgulloso como un estúpido loco idiota puede estarlo y de repente, porque sí, me paré y miré hacia adentro de una celda al azar. me encontré a mí mismo, temblando en el suelo, en los ojos la misma desesperación y confusión que sentí al llegar. uno pensaría que lástima sería lo apropiado, pero que se joda la lástima, la educación está por comenzar, la madurez más dura y merecida apunta y el entrenamiento para utilizar la inercia de la caída está en orden. toqué los barrotes y regresó el vacío de entonces, lo sentí todo otra vez como un traicionero puñetazo en la barriga. el remolino del recuerdo amenazaba con tragarme, pero me salvé a mí mismo como lo había hecho un millón de veces, dije un verso elegante y triunfalmente apropiado, producto de la más disciplinada práctica. reconocí, me deseé suerte y seguí adelante.

antes de bajar a la libertad me detuve unos segundos, frente a la escalera, tenía que decir algo después de años de tonterías, tenía que haber ceremonia, por dios santo. me paré y miré hacia adelante cediendo el control al sentimiento, seguro de que en mí había algo. levanté el puño y las lagrimas bajaron, los miré, la evolución de la mirada de todos estos años y grité, tal vez como el cobarde que siempre he sido, tal vez demostrado la falta de elocuencia, lo que sea maldita sea esta es mi vida y a la única persona a la que le debo una disculpa es mí mismo: "ADIÓS!" grité enloquecido, escupiendo, moviendo locuazmente la cabeza y los brazos. ha terminado. "ADIÓS!" se cerraron mis puños y mis sudor voló y mis venas salieron y de una milésima a otra estaba sereno, consciente de todo, con las promesas sonando y miré decidido, valiente, lleno de coraje. a la mierda el mundo, a la mierda el futuro, a la mierda la vida. estoy listo. "adiós, linduras, hasta nunca".

A LAS MILES DE REINAS

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