vete a la mierda, puto

me acababa de ganar la loteria y fumaba marihuana con dos negros hijos de puta en frente de mi casa. tenia los bolsillos llenos de billetes y en una mano botella de cerveza y en la otra un churro tan grande como mi verga. era el dia mas feliz de mi vida. de pronto, suena el mobile. contesto: "bueno, quien habla?", "soy yo, la juanis", "juanis? que mierda quieres?", "oi que ganaste la loteria", "oiste bien, juanis, oiste bien" juanis era una zorra hija de perra y tenia fama de haber tenido tantos pitos en la boca como dientes. mientras hablaba con ella pensaba en las muchas cosas divertidas que iba a ser con mi dinero. ahora era un hombre rico y la siguiente galaxia era el limite. tome mi botella de cerveza de un trago, me fume el porro y camine hacia la casa de la juanis a llenarla toda de semen.

juanis me decia que me queria. a mi no me importa, yo soy un hombre y yo no quiero a nadie mas que a mi mismo. me puse mi playera y sali a esa calurosa tarde de verano. llame un taxi y me dirigi al centro comercial a comprar la mierda que siempre quise. unas nikes nuevas, un revolver, una espada samurai, kilos de coca y unas putas con culos enormes. camine a la agencia y compre un low rider, en el stereo tronando como craneos bajo mis botas, mucho muchacho con rimas pegajosas invadiendo las calles y tomando el control, si, tomando el control. llegue a mi casa, seguido de zorras con las puchas ya chorreando, las tetas rebotando, estaba lleno de cabrones que querian un pedazo de mi pastel, no importa. saque una bolsota de coca y la avente contra un ventilador, no aire, coca. fue cuando la fiesta se puso buena. sudor y secreciones, mierda, risas, frustraciones despareciendo, el resto de mi vida, envejeciendo a mil por hora, el pito se metia por aqui y por alla, culos y puchas, locura y destruccion.

el dia duro 965 horas. desperte en un bote de basura. estaba en los angeles, california. saque mi cartera, miles de dolares. "genial" dije y entre a un bar, "una cerveza" tome y tome. una sexy morena me veia desde el otro extremo del lugar. camine hacia ella y la saque a bailar, bailamos pegados, con sus ojos sobre los mios, esos ojos, esos labios, esas tetas trantado, sin exito, de escapar, nadie tiene tanta suerte. fuimos a un cuarto de hotel y perdimos la mitad de nuestro peso, que buen ejercicio, una mas, una mas. sali del hotel al dia soleado, note que mis manos temblaban. rente un convertible, encontre un negro, compre mi peso en hierba, rode por las calles de los angeles fumando marihuana con el sol quemando como a mi me gusta. la musica suena y en mi cara una sonrisa. en el horizante el sol me decia adios y el futuro... hola.

A MUCHO MUCHACHO