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en una banca de parada de autobus veía una revista pornográfica con un cigarrillo en la boca y lentes oscuros. de pronto, una muchacha gentil y guapa, con los ojos más lindos que he visto en toda mi miserable vida, se sentó junto a mí, riendo. "que lees?" me preguntó obviamente haciendose la graciosa, acercando su boca hacía mi oreja. "porno" le respondi nervioso, no soy bueno con las mujeres. siguió riendo, "porno, eh?", "si... porno" le respondí. estaba bien que fuera guapa y todo, pero no me gusta me interrumpan mientras veo un par de tetas y un culo, sobre todo cuando hacía tan buen clima. el sol dandome como si acabara de salir de la carcel, el viento soplando como una madre sopla la herida de su hijo estupido cuando este intenta aprender a andar en bicicleta y el muy imbecíl se cae, la tarde perfecta en pocas palabras. ahora había una mujer sentada a mi lado jugando quien sabe que juego y tenía que detenerse. bajé mi revista, escupí mi cigarro y me quité los lentes "mira, cariño, yo soy un hombre con paciencia colosal, pero dejame decirte una cosa, no es sabio meterse entre un hombre y su pornografía, ves? yo soy un tipo sensato, no me gusta meterme en problemas, pero si algo me molesta y me hace llenarme de rabia son estas interrupciones, ves? ahora... que vas a hacer? vas a dejar de molestar o que?" ella me miró sorprendida, toda su vida, como mujer bella que era, la gente inclinaba la cabeza al verla pasar y le hablaban con tanta dulzura que seguro la perra estaba condenada a la diabetes. "disculpame, no fue mi intensión, solo me pareció muy buena onda que andes viendo un revista porno en medio de calle, sin un solo rastro de pudor, como si nada te importara, pero no te preocupes, ya me voy" me di cuenta que había sido un maleducado y a mi madre en su lecho de muerte le prometí que conservaría mis modales aunque me causaran la muerte, "oye, no es para tanto, como te llamas?" dije agarrandola del brazo mientras se paraba para irse. caí como el tontuelo que era, me rendí ante su belleza y el animal deseo de meter mi miembro donde fuere! "me llamó mari" dijo sonriendo triunfante, viendome a los ojos, parada en esa tarde de lunes con el viento soplando su hermoso cabello castaño, con la luz del sol regalandole una belleza comparada con la de la venganza, oh mi corazón ante tal imagen envejeció mil años por el esfuerzo de volver a latir, mi boca seca como el más despiadado desierto, mi cerebro de vacaciones ya cayó este hijo de la verga supuse era lo que pasaba por su cabeza en uno de esos letreros con el mensaje moviendose gracias a los foquitos generalmente rojos que se prenden y apagan formando las letras del dicho mensaje. bajé la cabeza y me avergonzé de mi mismo. fuimos a comer helado y a ver una película.

el invierno se convirtió en primavera y mari y yo eramos novios, que lindo. haciamos lo que los novios hacían cuando yo era un jovensito, ibamos al teatro, a beber, a comprar ropa y toda esa mierda, ya me empezaba a cansar y estaba listo para terminarlo todo. "oye mari" le dije en un cafe, ella leía una revista haciendose (metaforicamente hablando) pipi de la risa "yo se que piensas que lo nuestro es en serio, pero creo que llegamos hasta donde podíamos llegar, no crees?" ella bajó la revista, me vio seria, le dio una fumada a mi cigarrillo, me tomó de la mano y me llevó a su casa, en todo el camino no dije ni una palabra. nunca habia estado en su casa, ibamos a la mia porque estaba mejor ubicada. me sentó en un sillón de su sala. "espera" dijo, cerró las cortinas y corrió a su garage. regresó al poco rato con una cosa que nunca había visto en mi vida, tenía un extremo que se inflaba cuando apachurrabas el otro, "que es eso?" le pregunté con mal tono harto de tanto misterio. se encueró y dijo otra vez "espera", yo me quede boquiabierto por la sopresa de ver de un segundo a otro a mari desnuda, hice "ohh" con la cavidades del pene llenandose de sangre. se pusó en posición de perrito justo en frente de mí, enseñandome su ano, tomó la cosa esa y sin previo aviso se la metio en el culo y la empezó a inflar, yo seguia sentado, ahora con los ojos tan abiertos como me era posible, "que mierda" murmuré, "que pasa?" me pregunté riendo. ella estaba tirada con la cosa metida en el culo, temblando del placer, yo no sabía que hacer, solo la miraba extrañado y atraido. despues... despues se sacó la cosa totalmente inflada de sus interiores, me dejó ver mas adentro de ella que ningún otra persona me ha permitido, sentí que la conocía mejor que a mi mismo, pude ver todo su recto, me pareció reconocer el principio del intestino grueso, "que padre" dije riendome como tarado. "intentalo" me dijo sudando entre ruiditos. "oh no" le dije nervioso "yo por nada del mundo me metó esa cosa en mi intacto culo" se rió con trabajos, "no, tonto" y me dijo que lo inflara, reí y dije "ok!". me senté en el suelo emocionado, tomé el extremo de donde se inflaba y comencé, ella me miró con cara de placer, volvió a hacer los ruiditos de hace rato, oh como me exitaban esos ruiditos, esos "ih ih ih's" y esos "oh oh oh's" miraba su ano detenidamente, como un niño que le da vuelta la manija de la caja esa de donde sale un payaso. pasaba algo dentro de ella, increible. lo inflé y saqué varias veces, cuando nos aburrimos hicimos el amor tan duro que mi pito, juro por dios, se afiló tantito y esa noche... bueno, pues, esa noche dormí enamorado, sí señor. no podía creerlo, había encontrado a la mujer perfecta. me di 5 mentalmente quedandome dormido y "10" dije entre sueños.