Tuesday, August 04, 2009

Ese inmortal arte de hacerse guey

Desde que era un pequeñin miro el cielo embobado pensando en absoluntamente nada. mi madre, quien no cree ni creia en el ocio, odiaba verme sin hacer nada y yo, quien amo el tiempo libre mas que cualquier otra cosa en este horrible y gris mundo, me pasaba las horas viendo el techo o el cielo o el piso, involuntariamente sintiendo la existencia, exaltando mis sentido, en perfecta armonia con la creacion, volviendome parte de todo, alejandome de la sociedad y sus trucos y su mierda. ella odiaba esto de mi y cuando me veia ahi, inmovil, con cara de estupido, me gritaba lo mas duro que podia "a la mierda, culero! ponte a hacer algo, carajo!" yo despertaba de mi dulce trance, era escupido, como si fuera un pedazo de caca flotando placidamente en un escusado y algun ojete acabara de jalarle, a este mundo que no es para mi mas que un cañeria llena de mojones. asi fue mi infancia, llena de violencia, ataques salvajes y constante acoso. yo lloraba todas las noches, le gritaba al cielo que me regresara a la nada. pero segui en el mundo de los muertos en vida y creci y me volvi todo un hombrecito. desde esos dias de mi tierna infancia he aprendido mucho y ahora se como engañar a mi madre y los nuevos enemigos del ocio y la contemplacion. pase la escuela viendo fijamente el pizarron o la banca. he aprendido a simular que hago algo cuando en realidad solo estoy prendido como un refrigerador, como un microondas conectado, haciendome guey, me habia vuelto cinta negra a la hora de perder el tiempo, pero mi maldita madre era puto bruce lee. como todo el que ha vivido sabe, la vida da sus vueltas y en una de esa cai en el mundo laboral. necesitaba el dinero para comprar cosas, soy una victima del capitalismo, tienen que entender. mi madre, cansada de cacharme haciendome guey, me consiguio trabajo y dijo, una horrible y nublada tarde de agosto, "al trabajar... huevon!" y ahi fui yo, cabizbajo y sintiendome como un perro, como en criminal en fuga al cual acaban de atrapar, a unirme a las filas de ilusos y ganado que tanto desprecio y del cual me siento superior a. de un dia a otro me vi a mi mismo convertido en un oficinista, sentado frente a una computadora todo el dia, encerrado en un cubiculo, oliendo mis pedos y los de los demas, sintiendo la violencia de la dinamica existencial totalmente corrompida, degenerada y pervertida por los vientos caprichosos del tiempo, la fortuna y, bajo el riesgo de verme paranoico, de la sala de consejo de gente rica que dirigue este mundo a la deriva. "si tan solo todos pudieramos vivir en la playa y tomar cerveza y dejar que la civilizacion se fuera al carajo" decia, con mi cabeza apoyada en mi mano, suspirando, viendo el monitor brillar. no todo era tristeza y sufrimiento, la gente de mi oficina era tan buena onda como la gente de la oficina puede ser, esto hizo la experiencia un poco mas dulce y como uno se acostumbra a todo, yo me acostumbre a mi nueva vida de ordinario estupido y hasta le agarre un poquito de cariño, no el suficiente para dejar de añorar esos dias de ocio que tan feliz me hacian, los extrañaba como uno extraña a una chiquita que nunca supo de la existencia de uno, pero si el suficiente para no llorar cada vez que llegaba o acordame que tenia que regresar. acepte mi vida apestando a cafe y malhumorado por no dormir mis usuales 12 horas. tuvo que pasar unos meses para que me diera cuenta que habia descubierto una maldita mina del mas crudo y puro ocio. trabajaba mas duro que los demas pensando que todos trabajaban duro, cuando alguien me enseño lo que estuvo haciendo todo el dia. mi vecino de cubiculo, arnoldo, un tipo fotocopia, si no se sentara a lado de mi jamas lo hubiera diferenciado del resto, sin talento ni vocacion y tan simple y ordinario como cualquier cosa en la tele. el cabron se habia pasado todo el dia dibujandose fotorealistamente en paint, claro que era horrible y no se parecia nada, pero la cantidad de detalle que tenia, la complejidad de su dibujo indicaba que se habia pasado meses haciendo su estupido dibujo. "dios mio" dije, embobado, con el arnoldo en paint dibujandose a si mismo en paint dibujandose a si mismo en paint dibujandose a si mismo en paint... frente a mi "como no lo pense antes?" me patie y vi mi cubiculo, entre miles de cubiculos, y vi, por primera vez, realmente, a mi jefa: una señora presa de temprana menopausia y con hijos hijos de la verga, y me di cuenta de que no habia manera de que pudiera monitorear mi trabajo. "una maldita mina" murmure, me levante de la silla de arnoldo y fui a mi cubiculo. me sente y fue todo lo que hice el resto del dia. oh la vida se volvio tan dulce, talvez no estaba en un bello jardin, pero hacerme guey no es menos placentero en una oficina. me pasaba los dias viendo mi monitor, moviendo el mouse de aqui a alla, pretendiendo que hacia algo cuando en realidad no habia nada en mi, no proceso intelectual, con mi pantalla mental en blanco, con mi cuerpo en total y absoluto stand by. salia chiflando todos los dias a seguir con mi dia y nadie podia hacer nada al respecto. oh pero como es una constante en esta vida, los tiempos buenos duraron, pero porquito. me confie y fui un tonto, como drogadicto autodestructivo, sobreexplote la mina y un dia... se vino abajo. como alguna computadora estaba diseñada para asignarme trabajo y yo lo ultimo que hacia cuando iba a trabajar era trabajar, mis deberes se habian acumulado tanto que empece a llamar la atencion, lo peor que uno puede hacer al hacerse guey. mi jefa, acosada por su jefe y este a la vez acosado por el suyo quien era quien recibia los mails de la computadora asignadora de trabajo, y, quien todo lo que tenia que hacer era mantener a los engranes girando, aparecio un dia en mi cubiculo y me dijo que le enseñara lo que habia estado haciendo. "si tan solo tuviera un dibujo como arnoldo" dije sintiendo pena por mi mismo, habia pasado mas de un año sin hacer mas que estar sentado. "rapido, piensa rapido" me dije, pensando rapidamente. me acorde que una vez fui listo y considerado un tipo con talento, esto me animo a pensar. "bien" me dije en mi interior "ponte chingon, oyes? ponte chingon" mire a mi jefa y le dije "pues estuve organizado los archivos que me encargo felipe del piso 2" dije sudando con los ojos tan abiertos como podia, apostandole a un piso y a un felipe que talvez no existen, esperando el golpe final como si acabara de perder en mortal kombat. "felipe?" me dijo ella ya queriendo regresar a hacerse guey, "muy bien, sigue asi" me dijo, sospeche que no sabia quien era yo y aun menos sabia donde estaba. se fue por fin y regrese a mi dulce aturdimiento. suspire, limpie el sudor y segui ocupandome de lo mio. me dije a mi mismo que pasaria mi trabajo a alguien mas y asi no volveria a experimentar el desagradable acontecimiento que acababa de pasar. haciendo eso durante otros 3 o 4 años, un dia, lo que, misteriosamente, no me soprendio mucho, siendo, segun los dioses de la empresa para la cual trabajaba, el hombre blanco con la paciencia y caracter para mantenerme en ese trabajo horrible para algunos, pero delicioso para mi, me asendieron y gane mas dinero. con el tiempo me volvieron a ascender y segui haciendome guey, ahora era parte del perfil de mi trabajo. fui tan bueno haciendome guey que un dia me vi como un ejecutivo con tanto dinero en mi cuenta de banco que siempre que la veia me sentia ajeno a ella y algo en mi cabeza me decia que no era mia. de repente tuve esposa guapa, buena y fiel y sin darme cuenta si quiera, mi vida era mejor que la de millones de personas que se mataban trabajando, esclavos con diferente nombre, manteniendose sin levantarse en armas por sus hijos tontos y feos y su limosna que llaman sueldo, soportando mierda demigrante y horrible, domesticados hasta un punto enfermizo y viviendo la mas futil y olvidable existencia. mientras yo, un artista en hacerme guey, vivia como rey y disfrutaba las mejores cosas que este mundo tiene que ofrecer. la vida siguio con sus vueltas y acabe viejo y rico, sin preocupacion alguna, haciendome guey ahora en un hermoso jardin, viendo el cielo, introduciendo el mejor aire que el dinero puede pagar, riendo con la fortuna de mi lado, carcajeandome al recordar el camino que me llevo hasta donde estaba. un dia me mori y fue el final de todo.

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