Saturday, December 24, 2011

Mi padre es un fascista

Toda la niñez y adolescencia la pasé frente al televisor. veía hora tras hora de programación de televisora tercermundista. a mí no importaba el contenido. aunque pareciera que estaba viendo la tele, en realidad estaba muerto de miedo, pensando en que no tenía futuro. la idea de morir de hambre y no conseguir trabajo me aterraban desde que era un bebe. entiendan que soy un bueno para nada. vivía sólo con mi padre, un señor, pensaba yo en esos años de inconsciencia, como cualquier otro. se pasaba los días trabajando en la mesa del comedor, balbuceando quien sabe que cosa. mi madre había muerto en la guerra. cuando tenía como 5 años estábamos en la cocina y yo la jodía como todas las mañanas con mis miedos y preocupaciones. era pura basura sin sentido, como sólo los niños son capaces de sacar de ese segundo culo que tienen en la cara. mi madre me miró, había odio en su mirada, soltó un gruñido, salió y se unió al ejército. nuestro país acababa de entrar en la más sanguinaria de las guerras, millones de muertos y la cosa se ponía peor. en la cocina, esa mañana de julio, con el sol de la mañana entrando por la ventana y a lo lejos el sonido de explosiones, mi madre, harta de mis idioteces, prefirió morir a seguir viviendo conmigo.

un día, conseguí trabajo y el miedo desapareció. ahora podía ponerle atención a las cosas de mi alrededor. para celebrar mi trabajo llevé a mi ya anciano padre a desayunar. yo estaba de excelente humor, tomando café, viendo a aquel viejo comer con trabajo sus papas hashbrown. me di cuenta que nunca había platicado con el coautor mi existencia y, cosa de la que me arrepentiría, le hice la platica. "y bueno, papá, que opinas de las cosas en general?" pregunté en un país progresista, en los pasados 10 años las cosas había cambiado mucho. matrimonio entre homosexuales, abortos, legalización de la droga, todas esas cosas tan normales como la ya generalmente aceptada muerte de dios. mi padre me miró, dejó su tenedor y empezó un discurso de odio que duró 6 horas. que los putos esto, que las minorías lo otro, que el aborto es una mierda, que la droga y los vagos y un desfile interminable de prejuicios irracionales y alabanzas al viejo orden opresivo del cual nos costó mucho salir. me quedé con la boca abierta. recordé el balbuceo diario, en mi cabeza empezó a correr el cassette de mi inconsciente donde quedaron grabadas accidentalmente esas horas de parloteo, "pinches viejas que se creen igual a nosotros/putos pobres flojos que se mueran/malditos negros que se roban a nuestras mujeres/etc." al acabar su discurso de odio el viejo intolerante regresó a comer sus papas hashbrown frias. yo entré en un estado de profundo aturdimiento, sudor caía en lo que quedaba de mis pancakes. "no puede ser" dije aterrado, con el estomago revuelto, "mi padre" dije con la mente colapsando, "mi padre es..." quería agarrarlo a cachetadas hasta sacar cada pensamiento horrible de su arrugada y calva cabeza, "es..." lagrimas amargas bajaron por mis cachetes "es... un tremendo hijo de puta!" y salí corriendo y corrí hasta que mis piernas no pudieron más. caí al suelo y vi el cielo volverse negro.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Mi caso es más grave. Casi toda mi familia es fascista. Aunque algunos en mayor grado que otros.

4:30 AM  

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