Tuesday, January 16, 2007

¡Checha...mira mi nuevo revolver!

Mayo

Desperté cubierto en sudor. “Que sueño mas chistoso” me dije levantándome con ganas de un buen café y un cigarrillo. Salí de mi habitación y para mi sorpresa mi topo con mi sirvienta Checha. “¡quítate, Checha!” le grite malhumorado.
Entre a la cocina, tome mi tarro que dice “fucking animal” y me serví el mas delicioso café que jamás haya probado. Mi madre había ido a Sudamérica y con ella se trajo saco tras saco de muy buen café.
Me senté en la mesa de la cocina, puse mi tarro sobre ella y saque un cigarrillo. Le di fuego y empecé a inhalar. Ya con mejor humor le dije a Checha que me hiciera unos huevos con jamón.
Mientras disfrutaba de los placeres que trae vivir con tus padres a los 34 años sonó el teléfono. Me pare pensando en mis huevos con jamón y de mala gana lo conteste “que pasa”, “soy yo, tu primo Jamuel” dijo mi primo Jamuel encerrado en una jaula rodeado de 5 negros que le doblaban la estatura con metralletas listas para ver acción. “¿Jamuel?” pregunte solo para checar, “¡si, Jamuel!” dijo con la voz entrecortada no listo para jugar el juego de “¿tu? ¡Si, yo! ¿Quien?” que tanto me gustaba jugar con el cuando hablaba desde la cárcel. “¿no estabas en el cárcel, cabron?” “no, me soltaron ayer, pero la cosa es…que desde ayer le debo dinero a unos tipos y ahora como que lo quieren de regreso si no…”, “si no, ¡¿que?!” le grite a Jamuel mas duro de lo que debí, “si no…me muero”, “¿en donde estas?”, “en Jamaica”, “¿en Jamaica?”, “si, ven con 400 pesos, ¿no?”, “pinche Jamuel, ya me debes un buen de dinero”, “yo se, pero te pago llegando ahí a tu casa”, “yo creo que todo es mentira y que nadie te va a matar, ¡ahí nos vemos!” y colgué.
Apenas me senté volvió a sonar el teléfono. Ahora no solo de mala gana si no que también enojado me pare a contestar tirando mi cigarrillo sobre el perro. “¡¿que mierda?!” grite con mis huevos con jamón enfriándose en la mesa. “¿que maneras son esas de contestar?” me dijo mi primo Jamuel indignado e insultado, “carajo, es que me quiero desayunar”, “si son como las 3 de la tarde por allá”, “oh, ¡¿y a ti que te importa?!”, “no, pues nada”, “¿Quién habla?”, “soy yo, Jamuel”, “¿Jamuel, No acababas de hablar hace ratito?”, “si, pero te digo que necesito dinero para salir de este apuro en el que estoy y que te lo pago luego luego, ándale no seas gacho”, “¿Cuánto necesi…” me interrumpí porque la malvada de Checha se andaba comiendo mis huevos y le tuve que gritar “¡Checha, no seas hija de puta y deja en paz mi huevos o vas a ver!” y la pobre se va toda enojada diciéndome quien sabe que cosa en quien sabe que idioma.
Regrese a la conversación con Jamuel “a ver Jamuel, dime, ¿Cuánto necesitas, caon?” “400 pesos”, “¿400 pesos no mas? No mames que no tienes 400 pesos”, “si los tengo, la cosa es que no los tengo aquí y estos cabrones los quieren ahorita”, “¿en donde dijiste que estabas?”, “en Jamaica”, “¿Qué chingados andas haciendo en Jamaica?”, “pues de lo feliz que estaba de que me liberaron me vine a festejar aquí a Jamaica y puss ya ves….”, “hmm que caray, bueno, Jamuel, te lo mando por western union o ¿que pedo?”, “no, me los tienes que venir a traer aquí al puerto numero 14 en Kingston”, “chinga tu madre, no voy a ir hasta puta Jamaica a pagar tus deudas”, “yo te pago el boleto y todo, es de vida o muerte”, “es que tengo un chingo de hambre, cabron, ¿para que andas haciendo pendejadas?”, “oh, ya ves como me pongo”, “¡eso no es excusa, Jamuel!”, “no me grites, ¿Qué no ves que estoy enfermo?”, “a mi no me vengas con esa mierda que yo no soy tu mamá”, “¡con mi mamá no te metas!”, “¿o que?, ¿vas a colgar?” y me cago de la risa como media hora oyendo como grita el pobre Jamuel.
Aproveché el descanso para alcanzar mi cajetilla de cigarrillos, saco uno, le doy candela y el humo que sale del tabaco que quema lo hago entrar a mi cuerpo, pasar por mis pulmones y salir por mi bella y sensual boca.
Mientras mi primo Jamuel y yo hablamos sobre quien sabe que cosa, mi sirvienta Checha habla por Messenger con su amigo de años Rupoldo.

Rupoldo dice:

Checha puss ya casate conmigo y salte de trabajar de criada!

Checha dice:

Ya mero mi Rupoldo que no ves que tengo que matar a este hijo de puta primero!

Rupoldo dice:

Solo es un pobre ricachon has intentado matarlo estos 20 años que llebas trabajando ahí en esa casaa y nunca as podido.

Checha dice:

Si pero ya tengo el revolver y todo oy mismo lo mato, lo juro. Rupoldo, mi cielo, para el viernes ya estaresemos casados :)

Rupoldo dice:

Pinche Checha mas te vale que la pinche calentura se esta llevando lo mejor de mi.

“¡Checha!” le grite a Checha porque estaba aburrido y quería que le llevara los 400 pesos a Jamuel. “Muy bien Checha, te lanzas ahorita mismo al aeropuerto y tomas el siguiente vuelvo a Jamaica, a Kingston, Jamaica, nada que ver con el agua, ¿ok? Y tomas un taxi, no un micro, no una combi, un taxi al puerto número 14, ¿ok? Y se los das a Jamuel” y ahí fue Checha todo enojada diciéndome groserías.

Junio
A la mañana siguiente me despertó el maldito teléfono. Era Checha, decía que ya todo estaba pagado y que ella y Jamuel se regresaban en el vuelo de las 7, que había comida en el refrigerador y que no me metiera a su cuarto.
Obviamente cuando colgué me fui a meter al cuarto de Checha a ver que porquerías encontraba. Entre primero tímidamente como asqueado por las pertenecías personales de alguien en una clase social inferior a la mía, pero no tardé mucho en que agarrar confianza y me puse a abrir cajones y romper cosas.
Fue cuando estaba apunto de irme que vi la computadora de Checha con una conversación de Messenger en ella. Hablaba con un tal Rupoldo sobre matarme. Al principio no sabia que hacer, me sentía traicionado, me dolía la panza, no podía creer que Checha planeara en matarme, después todo fue muy claro, la maldita era una floja y como odiaba trabajar iba a acabar conmigo, pero yo no la iba a dejar tan fácil matarme, ¡oh no! Iba a buscar ese revolver y yo la iba a matar primero. Empecé a buscar y a buscar de arriba abajo por todo el cuarto de la maldita de Checha. Estaba apunto de darme por vencido cuando debajo de sus calzones baratos y malolientes encontré un hermoso revolver plateado con la inscripción “VENDETTA” en un lado y una calavera en el otro. Hice “ohhh”, lo agarré y espere a que la mendiga de Checha regresara.
Me senté en la oscuridad con el revolver calentando mi mano. Espere y espere por horas hasta que me acorde que Checha dijo que llegaban a las 7, entonces me senté a ver la tele y al cuarto para las 7 me senté en frente de la puerta a esperar a que la desgraciada de Checha mostrara su asquerosa cara por ese marco.
Llegaron las 7 y la puerta se abrió. Checha entro y antes de que pudiera prender la luz le dispare justo en el corazón. La pobre de Checha solo cayó con lágrimas en los ojos y sangre saliendo de su horrible vestido que seguramente ella misma había hecho. Me pare a su lado, puse mi cara muy cerca de la de ella y poniendo mi revolver contra su convaleciente rostro dije “¡Checha…mira mi nuevo revolver!”

Bang Bang

2 Comments:

Blogger D E N I S said...

Muy lindo... Pobre Checha!!

Sabe que me gusta como escribe y lo felicito...

Muchos besos!

7:55 PM  
Anonymous Anonymous said...

yo te dire que este ultimo cuento esta bueno, le falta al final, pero esta chido

11:14 PM  

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