Tuesday, March 31, 2015

Hueles A Chicharrón

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manejaba mi microbus a 200 km/ h escuchando klaus nomi con las rayas hasta el tope. la gente nunca me hacía la parada porque no aprobaba mi manera de manejar ni mi gusto musical. yo soy un tipo libre y si no les gusta ya se pueden ir en otro microbus.

manejaba bañado en pedazos de pavimento, acariciado por el aire, tomando a la existencia del cuello y diciéndole muy de cerca, picándome el pecho con la punta del dedo gordo "aquí sólo hay un patrón y se llama federico gustamante".

aprovechaba porque cada vez que salía a hacer ruta podía ser la última. como no recogía pasaje mi padrino me tenía amenazado con quitarme la unidad y mandarme de regreso a mi pueblo a que terminara la escuela y así volverme cartero como era el sueño de mi no muy imaginativa abuela.

a la media noche, ya camino a encerrar el microbus, una mujer me hizo la parada. pise esos frenos como uno pisa una cucaracha particularmente problemática. me detuve justo frente ella. subió la mujer con vestido chiquito rojo brillante y perfume hipnótico.

"hola linda" le dije llevado por la inmediata violenta erupción de deseo. ella me hizo una caricia, había algo en su modo y su mirada que pedía aunque fuera un poco de cariño, lo necesitaba. fue de esas veces que encuentras sin querer lo que siempre has buscado.

la llevé a mi cuarto de azotea donde de tanto terminar y volver a comenzar, acabamos sudados y malolientes. deleitado, con los sentidos más despiertos que nunca, la exploré con la nariz, el olor termina de confirmar que no es un sueño.

"hueles a chicharrón" susurré, restregando con ansia mi cara contra su cuerpo sudado, empapándome de ella. esa noche empezamos en el plural y terminamos en el singular, esa noche acabamos nuestro rompecabezas de dos piezas y terminamos oliendo a chicharrón.

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