Tuesday, March 31, 2015

Juanita Riviero Ha Perdido Su Fe En La Humanidad

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conocí a juanita riviero una gris y maloliente tarde de un nuevo mes que habían inventado para compensar por el ligero cambio en el movimiento de traslación del planeta. llegué con mi solicitud de empleo llena de mentiras y busqué al gerente sólo para descubrir que el hijo de su madre no estaba por ningún lado. "oye, preciosa" le dije a juanita dándole un juguetón codazo en una costilla, "on ta el patrón, eh, on ta" pregunté ahora recargado con el codo en la caja, viéndola coquetamente, comiendo un poco de carne seca. juanita miraba la nada sentada en un banco atrás de la caja, fumando con cara de cero amigos. pasaron unos segundos de incómodo silencio, luego me miró con un odio que me sigue persiguiendo hasta este día 50 años después, y me dijo "jodete, basura". ay pero cuanta genuina amargura! pero cuanto crudo desprecio! y luego hacia mí! uno que no tiene culpa de nada. "pero..." le dije con el mundo dándome vueltas, mareado por la indignación. "PERDÓN?!" reclamé, con la boca abierta, viendo con los ojos muy abiertos a juanita que para entonces ya había regreso a la nada y a su cigarro. me fui al reconocer que no haría nada más, pero no me fui como si nada, no, señor, me fui ceremoniosamente, con el mentón levantado y con los ojos cerrados, sacando molestos pujidos de enfado.

meses después me dieron el trabajo y como era el único al que le daba pereza quejarse y luchar, me dieron el turno de noche con juanita. oh dios, pero qué pesadilla. noche tras noche juanita odiaba fuera de control; "pinche esto" y "pinche lo otro". harto, una madrugada, agarré a juanita de los hombros y la zarandeé en busca de tantito contexto, de un poco de antecedente, de algo de explicación. también, no más porque ya estaba ahí, le di dos cachetadas bien acomodadas. la dejé colorada respirando ruidosamente. pensé que juanita me mataría, pero para mi sorpresa abrió su podrido corazón y me dejó ver dentro. juanita, tomando expertos tragos a una botella especialmente corriente de mezcalito, me contó llena de sentimiento su historia. no siempre fue dura y pesada. cuando empezó a trabajar en el minisuper tenía el corazón intacto, las mejillas llenas de color y los ojos con tanto brillo que aveces, para hacerle el favor a los amigos, se iba sobre los cofres de carros sin faros. todo era felicidad y todo era esperanza hasta que juanita se estrelló de frente contra una dura verdad que todos los demás aceptamos con fácil y cómoda resignación. el trato con la gente castigó la inocencia de juanita. la tomó del pelo y la arrastró por la podredumbre de la naturaleza humana. le hizo unas llaves a su espíritu y le escupió un gigantesco viscoso gargajo a su alma. al final, juanita, después de meses de lidiar con hijos de puta, había perdido su fe en la humanidad y ahora odiaba a todos sin excepción. "oh ok" dije peinando mi cabello distraído con alguna tontería.

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