Mi Reporte Desde los Círculos del Infierno que de Cerca No Tienen Forma
92
Mi reporte. La estoy pasando mal,
obviamente. Estoy muy malvibrado gran parte del tiempo. Ya no me da risa y el escape
pide mucho. Qué hacer, qué hacer más que aguantar y ver qué tan infernal se
puede poner. Esperar a que la desesperación actúe, pero no voy a hacer nada,
acá me voy a quedar, jodiéndome, pagando, aquí, sentando en esta piedra que me
quema el culo, con el codo recargado en la rodilla y el cachete en la palma y
ver, ver qué tan infernal se puede poner, me da curiosidad que sigue, las
sorpresas infernales nunca acaban. Y el cómo, el por qué y el fantaseo de
viajar al pasado, decirme “hermano, no sabes lo qué haces, échale ganas o te
vas a ir al infierno”, pero la fantasía no dura, porque empieza el martirio y es
mi culpa, me digo como parte de la tortura diaria, sintiéndome como un perro.
Mierda. Debo admitir que antes daba algo de risa, pero ahora, que apenas
empieza, que sigue empezando, como un puñetazo en la boca del estómago, me doy
cuenta que esto no es nada, se va a poner peor, el fin está lejos y, juzgando
por lo visto hasta ahorita, lo infernal no se detiene, incrementa, poco,
gradual, pero sube siempre, no baja nunca, los días se van poniendo un poco más horrendos,
imposible acostumbrarse, no se puede adivinar que tanto se va a joder, como en
una olla, incrementa el calor en este infierno. Pero hay esperanza, la salida
está a lo lejos y si no me rindo, puedo salir, puede que aparezca otra
oportunidad. Depende de mí, depende de mi esfuerzo y triunfar sobre mi
naturaleza. Estoy tan desacostumbrado a esforzarme. Como sea, todavía falta mucho. Paciencia, paciencia, me digo, sudado, con los nervios de
punta, aferrado a la piedra, horrorizado, siempre totalmente horrorizado.
Me entregué y ahora aquí estoy,
sufriendo como me merezco por miles de razones, por mis vicios y mi
personalidad defectuosa. Nadie tiene la culpa más que yo y yo debo sacarme de
aquí, tengo que seguir caminando hasta allá, la salida. Allá voy. Pero es duro,
como jode el instante, el segundo pesa demasiado porque ya no es chistoso. Ya
no me da risa. Accionó el interruptor del sentido del humor, lo muevo con
cuidado, de arriba hacia abajo, tratando de conservar la calma, viendo
nervioso, a mí alrededor, siendo testigo de los espectáculos de horror que solo
el infierno puede ofrecer. Vamos, ríete, ¿no todo es gracioso? Pero esto está
demasiado pesado para reírse, cuanta violencia, esto me causa demasiada
angustia y desesperación y no puedo reír. Busco en mi botiquín algo que calme
este malestar, pero casi nada funciona, las cosas que antes me consolaban,
ahora muchas han dejado de funcionar. Llora, tontuelo, me digo, llora y ríe y
repasa tus errores y púdrete en arrepentimiento. Esa es mi vida por el momento,
ese es mi infierno y va a continuar a menos de que corra un maratón y yo apenas
puedo caminar. Tengo que romperme a mí mismo un millón de veces. Tengo que
pensar las cosas bien, tengo tiempo, no hay prisa, nada urge. Por el momento, activo
mi nihilismo, ve tú, le digo, ve y haz lo tuyo, le cedo el control que yo no
puedo y así, día a día, semana a semana, se va la vida y me da cero tristeza.
Esta vida infernal está para desperdiciarse, pero debo tener cuidado que todavía
me queda mucha. Puede que salga un día, puede que lo logre otra vez, no hoy ni
mañana, pero eventualmente, y necesito mantenerme no tan cínico ni tan
amargado, necesito conservar mi alma. Al fin y al cabo, está infernal, pero no
mucho por ahora. Suspiro. Suspiro y
sigo hasta que acabe de una manera u otra. Esta es la vida de un idiota y este es
mi reporte desde el infierno.
1 Comments:
Llora y rie. Intenta al menos.
Post a Comment
<< Home