Tuesday, January 23, 2007

puntos suspensivos

“Mírame, mírame una vez y dime que no me quieres” me dijo sabiendo lo que sentía, pero no lo que pensaba. Oh la vida me volvió a agarrar y esta vez va a ser mas difícil safarse que de costumbre. Su labios temblaban por el suspenso y su mirada fija en la mía, tratando de adivinar el futuro. “¿Qué no ves que no puedo?” le dije casi llorando. Me sorprendí de mi genuina muestra de emoción, todo había empezado por no saber si realmente me importaba o si solo quería que me importe. "No podía seguir jugando con su corazón, tenía que dejarlo libre, soy demasiado emocionalmente irregular como para tener a alguien dependiendo de mis emociones." dije en mi cabeza. Trato de convencerla diciendole que si se queda conmigo no va a hacer más que llorar, que si se queda todos los días serán un día nublado y una noche dudara si el sol brillará al día siguiente. “Un día nublado eterno, nena” le dije con la música en el fondo que hacia bailar a las parejas a nuestro alrededor.
Lo hice a propósito, la llave a un lugar con mucha gente para ahorrarme el espectáculo y las lagrimas, pero creo que subestime a la una vez dueña de mi corazón.
Me miraba decidida y terca, sabía la verdadera razón de mi huida y no iba a dejar que eso nos separará, sabía que estaba enfermo y que ella me ayudaría a curarme. Mientras yo solo quería acabarlo y ya, irme a mi casa solo y ver la tele hasta quedarme dormido. No quería sentir mas, quería acabar con este desfile de emociones de una vez por todas, pero ella no me dejaba, me miraba triste con una cerveza en frente y un cigarrillo sin ser besado quemándose a lado. Yo miraba patéticamente la mesa con pena y enojo hacia mi mismo, pero convencido de que dejarnos seria lo mejor para los dos. “Las mujeres son intercambiables” me decía como anestésico, anestésico que no funcionaba.
Luego lo que nadie hubiera predicho, nuestra canción empieza a sonar y se me hizo gracioso invitarla a bailar, “baila conmigo” le dije viéndola a los ojos. Ella por razones diferentes a las mías acepto y hasta el medio de la pista caminamos. Nos miramos y nos tomamos el uno al otro y a movernos como nos habíamos movido un millón de veces. Me miraba preguntándose como podía renunciar a todo esto, “¿Qué tan estupido podría ser?” Yo la miraba contestándole que me dolía, pero prefería acabarlo ahora bien y triste que en un rato mal y contento. “Pero no tiene que acabar” me decían sus ojos, me decían sus manos y la manera en que se movía. Acabo la canción y regresamos a la mesa. Tome dos cigarrillos, le di uno, el otro lo puse en mis labios ganadores de ovaciones de pie e inútilmente busque un encendedor, ella se me acerco y dulcemente prendió el mio y luego el suyo. Olvide lo que había pasado las pasadas 2 horas y le mande un beso, no muy bien recibido, como agradecimiento.
“Aunque cambie de opinión…ahora las cosas nunca van a ser como antes…” dije retomando la platica. “Serán mejores porque sabrás de lo que te pudiste haber perdido…y me molesta tener que casi rogarte…solo porque dices querer estar solo, porque no quieres tomar el riesgo…y me molesta tener que tratar de convencerte en no tirar lo nuestro a la basura por un capricho, una tonteria…yo te amo y tu a mi…es simple y no hay problema…olvidemos esto y tomemos celebrando que nos tenemos el uno al otro” me dijo, mientras los dos fumábamos y tomábamos me reí y la mire como miras a un vendedor que trata de venderte lo que mas necesitas, pero por alguna razón no quieres comprar.
Aun convencido de que lo mejor, para ella sobre todo, sería irme de su vida y dejar que encuentre alguien que valga la pena, me preparé para dar el puñetazo que mande al diablo todo lo que hacia latir el músculo mas importante, el que le diga adiós y hasta nunca. 3…2…1 y no me atreví. Algo de tiempo para pensar “voy al baño” me pare y camine como caminaría en cualquier otra ocasión.
Me mire en el espejo con ganas de llorar “¡piensa!” el plan se desmorona y con cada segundo que pasa la quiero mas. Vi una lágrima bajar tristemente hacia mi boca quemándome el orgullo.
“Venga, vamos a ver si nos perdona” pensé cansado de tanto drama y harto de tener que explicarme porque estoy con la que tanto amo. Después de limpiarme las lágrimas salí del baño y camine viéndola sentada ahí fumando su cigarro jugando con su tarro de cerveza con la luz tenue que caracteriza a los billares/bar iluminándola haciéndola verse mas hermosa que de lo costumbre.
Me senté y la mire unos segundos con buen humor, “…te amo…” le dije tratando de sorprenderla, pero ella volteo como alguien que sabe que le espera una fiesta sorpresa y me dijo aliviada que ella también.
El resto de la noche reímos y tomamos platicando como nunca y deseando que la noche no terminara, pero si todo lo que deseara se convirtiera en realidad ahorita estaría escribiendo sobre un montón de dinero rodeado de cosas padres en una mansión en alguna playa con mujeres hermosas dándome de beber el mas deliciosos champagne.
La noche acabo y nos despedimos como siempre, la deje en su casa y la bese ya queriendo volverla a ver.
Camino a mi casa me encontré sorpresivamente triste, esa tristeza se volvió enojo cuando me di cuenta de lo cerca que estuve de ser un hombre libre de compromisos y toda responsabilidad, “pero bueno ya será la próxima vez” me dije molesto conmigo mismo manejando rápidamente hacia la oscura soledad.

es el fin, el larry fin

1 Comments:

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6:51 PM  

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