Friday, February 25, 2011

el pendejo

hablaba con mi prima sobre los posibles diferentes efectos de una nueva droga que creó un amigo suyo. había una pequeña botella como de medicina sobre una mesa de madera. ella y yo la veíamos fijamente, de cuclillas, con nuestra cara a la altura de la mesa. "dejame intentarlo yo primero" dijo, sudando, emocionada. "ok", respondí, a mí, la verdad, no me importaba mucho mi prima. volteé hacia el poster del chapo guzman que estaba en la sala de su casa, cuando regresé la vista, ella ya estaba espumeando con los ojos rojos y la cara colorada. "que se siente? que se siente?" dandole pequeños empujones, ella cayó de espaldas, gritó "me caga la puta verga!" y vomitó sus entrañas para afuera, todo el sistema digestivo ahi en suelo. "de puta madre" dije, impresionado. la policia llegó y me interrogaron. yo contesté que ella, de la nada, había expulsado su faringe, esófago, estómago, intestino delgado e intestino grueso. "de acuerdo" dijo el policia y se fue de mi vida para siempre. de regreso en la soledad, tomé la botella y le di un trago. mi sangre se empezó a calentar y mi cerebro, como está programado para hacer, liberó todo lo rico dentro de él al verse cercano a la muerte, el placer más grande que haya sentido recorrió mi cuerpo y vi salir de mi cara todo lo encargado de procesar el alimento. "buargh!" hice y me moví como un pescado antes de morir. aparecí en el infierno y di una vuelta. un señor con un traje muy bonito y lentes me dió una bolsa de regalo. "ohh" hice y me senté en una banca en un parque con pasto muerto. "un disco de enrique iglesias?" le pregunté al destino al sacar el primer artículo de la bolsa. pura mierda. una gordita horrenda se rió en mi oído. "eres un puto" me dijo e intentó agarrarme el pito. se fue corriendo y quise reir, pero no pude, el infierno es una mierda y no hay a donde ir de ahi. caminé de aqui pa allá recordando mi muerte, recordando el placer que me llevó a una eternidad de aburrimiento y cosas que parecen padres, pero en realidad son horribles. me propuse escapar del infierno. hice unas preguntas y en unos días me hablaron sobre esta pandilla de maliantes infernales conocidos como los pendejs. "no hay respeto" decia el tatuaje del lider, mariano. tenían motocicletas y habían nacido ahi, en el infierno. eran un montón de hijos de puta y prometían sacarte del infierno si les hacías sexo oral a los 7 miembros de la pandilla. caí en mis rodillas y me puse a trabajar. resulté ser bastante bueno, cosa de la que no me orgullezco, pero supongo es una habilidad util. "ok" me dijo mariano todo incomodo, me creyó un marica y probé lo contrario. me subieron a un globo y subí y subí y seguí subiendo. me senté en el globo cansado de esperar, nubes pasaban a los lados y el cielo me parecía infinito. saqué mi cajetilla de cigarros y me le quedé viendo un rato, con el espíritu olvidado en el infierno. "con que esta es mi vida?" me pregunté, recordando las promesas que me hicieron cuando niño. "bah", saqué un cigarrillo y fumé mamado de todo. el cigarrillo llegó a su fin y me quedé dormido. soñé algo espantoso. soñé que cagaba interminablemente, mierda no dejaba de salir de mí, mierda solida y apestosa se acumulaba en el marfil y no más no dejaba de salir, pasaban horas y yo seguía, duro y dale, duro y dale. mi madre, quien me odia no en secreto, gritaba desde afuera "maldito! descarado!", yo lloraba, deseándome creyente, pero la costumbre de la nada era una profunda y no importará cuanto lo deseará había abandonado a dios y dios no existía en lo absoluto. pensaba esos pensamientos de orden metafisico mientras más mierda me salía de la cola, mientras más salvaje injuria era lanzada del otro lado de la puerta. las lagrimas todavía las siento ahi en mis cachetes. la expulsión duró todo lo que duró el sueño, fui despertado al golpear el suelo. me incorporé y eché un vistazo. estaba en un cementerio en una tarde nublada, esa clase de tarde que hace víctima al anímo de uno. una negra súper guapa llegó corriendo, gritando, diciéndome "estúpido idiota!" había caído en la tumba de su exnovio y con el globo había destruido su lapida. "lo siento" traté de decirle, pero me golpeó el pecho, justo en el corazón. caí fuera de la canasta del globo, ella continuó golpeándome, gritando como loca. sus golpes se sentían como besos. se cansó y pude pararme, nuestros ojos se encontraron, me enamoré en el instante, ella lo supo e hizo una mueca burlona. "iluso" me dijo y me escupió en la cara, me sentí como un perro. "ahora me la pagas" me dijo, tomándome del pelo, "tengo dinero en mi casa" le dije, luchando contra el cariño que sentía hacia ella. subimos a su convertible negro y manejamos hasta mi pequeña cabaña en la pradera. entré y lo encontré todo como lo había dejado. de una alcancía de policia saqué un fajo de billetes, "cuanto cuesta?" pregunté con el corazón latiendo duro, "trae pa acá, anormal" y me arrebató el fajo, robando mis ahorros. se fue para siempre con el poco amor que me quedaba y con todo el dinero que me pertenecía. me tiré en mi cama a llorar como el mariquita que siempre he tratado de ocultar, "está es mi vida?" me preguntaba, recordando esas porras que me hacían mis maestras de primaria. mi prima entró por la puerta, "magia negra, estoy de vuelta" me dijo con los ojos rojos, con el diablo en la mirada, con hambre de carne humana, "chido" le respondí, nunca he opinado mucho sobre ella. se sentó en la cama y pasó su dedo por mi cara, tomando un poco de mis lagrimas. se chupó el dedo, saboreándome. "estás bueno" dijo con acento español. "qué ahora?" le pregunté, "vamos, ven conmigo" y fuimos a la ciudad, a la fabrica de droga de uno de sus amigos. recordé el principio de esta aventura, "no tiene nada que ver" me dijo muy cerca a mi oído. entramos a una enorme fabrica en un vecindario horrendo. su amigo se llamaba lucrencio y era un güero muy flaco que olía a ginebra. nos dio un tour por su fábrica. "qué bonita!" dije al final, parados fuera de su oficina. "soy un gran artista" le dije y de mi bolsillo saqué un papel arrugado. en él había escrito un cuento. un cuento sobre dos ornitorrincos con problemas alimenticios. lo leí y los dos se rieron de mí en mi cara, me dijeron que me rindiera y que mejor consiguiera un oficio, todo estoy me cohibió y no volví a hablar en toda la tarde. le dio droga recién creada y regresamos a la casa. discutimos un rato y ella fue la primera en probarla, yo nunca he opinado mucho sobre ella...