el tipo del domingo
23
era domingo en la mañana. pamela se paró, se estiró y miró por la ventana. en la banqueta de en frente, un tipo con pantalones pana negros sucios y una playera en la que, aunque muy a la distancia, podía distinguirse "basura", pasó lentamente. en la mano un chocolate, lo mordía, hacía cara de placer y seguía con su trote cavernario. pamela lo vio, la biología y escuchó a su madre "pamela! ya me voy!", pamela gritó por reflejo con todas sus fuerzas "adiós, mamá!" y notó el cambio. se puso su sudadera y unos pants, sus pantuflas con piolín tan despintado que tenías que haber estado muy familiarizado para reconocerlo y salió corriendo. el copete volaba, los jóvenes y firmes músculos trabajaban, ella miraba para abajo, era inocente y orgullosa después de todo. iba a perseguir aquel misterioso desconocido.
se fijó donde vivía y levantó el puño "ush" susurró, vuelta loca en juventud. regresó agitada al departamento. puso un cassette en su stereo, espero tantito y gritó "qué decimos cuando queremos conectarnos con nuestras almas inmortales...?" esperó unos segundos "pégale, dj!" el bajo se achonchó, el ritmo aceleró y allá fue pamela unida a todo a través del baile, a bailar dentro y a fusionarse con la primera vez que le pasaba, con la primera vez que alguien la hacía volverse loca y gritar y brincar y despeinarse. cayó, se levantó y cantó la letra que confirmaba el amor que la hacia despojarse del control sí misma.
pamela se sentó muy seria en su escritorio. sacó una hoja del cajón de en medio y una pluma de su estuche hecho por nativos del perú. se enderezó y se dijo a ella misma que si había una hora de ponerse neta en su vida, ésta era, seriedad total, maldita sea. aclaró su garganta y escribió una carta de amor. dijo cosas como "te quiero" y "eres único" y la envió por correo. esperó repuesta y pasaron los meses, nada de suerte. un día tirada en el sillón de su sala, convulsionándose por la impaciencia, se dijo que no podía más y salió en búsqueda de repuesta.
tocó como loca y abrió el tipo del domingo. algo en su gesto decía total despreocupación, algo en sus ojos confesaba desinterés absoluto, la baba de su boca sólo comunicaba una cosa y ésta era: nihilismo animal. pamela suspiró y sintió su sistema reproductivo despertar y relinchar como un corcel emocionado por salir a cruzar pradera rica y fresca. "que onda" le dijo, "yo te quiero" confesó pamela y se le coloreó la cara. una mano le hizo una caricia en el cachete, "nada de nervios" le dijo y se fueron a bailar. "eres súper linda, vienes del cielo, viniste a este lugar a llenar de luz los rincones de la noche infinita y por eso... te quiero".
*UNA DISCULPA POR EL ESTADO DEPLORABLE DE LA VERSIÓN ORIGINAL DE ESTE CUENTO. ESTÁ REVISADO Y CORREGIDO. LO SIENTO*
era domingo en la mañana. pamela se paró, se estiró y miró por la ventana. en la banqueta de en frente, un tipo con pantalones pana negros sucios y una playera en la que, aunque muy a la distancia, podía distinguirse "basura", pasó lentamente. en la mano un chocolate, lo mordía, hacía cara de placer y seguía con su trote cavernario. pamela lo vio, la biología y escuchó a su madre "pamela! ya me voy!", pamela gritó por reflejo con todas sus fuerzas "adiós, mamá!" y notó el cambio. se puso su sudadera y unos pants, sus pantuflas con piolín tan despintado que tenías que haber estado muy familiarizado para reconocerlo y salió corriendo. el copete volaba, los jóvenes y firmes músculos trabajaban, ella miraba para abajo, era inocente y orgullosa después de todo. iba a perseguir aquel misterioso desconocido.
se fijó donde vivía y levantó el puño "ush" susurró, vuelta loca en juventud. regresó agitada al departamento. puso un cassette en su stereo, espero tantito y gritó "qué decimos cuando queremos conectarnos con nuestras almas inmortales...?" esperó unos segundos "pégale, dj!" el bajo se achonchó, el ritmo aceleró y allá fue pamela unida a todo a través del baile, a bailar dentro y a fusionarse con la primera vez que le pasaba, con la primera vez que alguien la hacía volverse loca y gritar y brincar y despeinarse. cayó, se levantó y cantó la letra que confirmaba el amor que la hacia despojarse del control sí misma.
pamela se sentó muy seria en su escritorio. sacó una hoja del cajón de en medio y una pluma de su estuche hecho por nativos del perú. se enderezó y se dijo a ella misma que si había una hora de ponerse neta en su vida, ésta era, seriedad total, maldita sea. aclaró su garganta y escribió una carta de amor. dijo cosas como "te quiero" y "eres único" y la envió por correo. esperó repuesta y pasaron los meses, nada de suerte. un día tirada en el sillón de su sala, convulsionándose por la impaciencia, se dijo que no podía más y salió en búsqueda de repuesta.
tocó como loca y abrió el tipo del domingo. algo en su gesto decía total despreocupación, algo en sus ojos confesaba desinterés absoluto, la baba de su boca sólo comunicaba una cosa y ésta era: nihilismo animal. pamela suspiró y sintió su sistema reproductivo despertar y relinchar como un corcel emocionado por salir a cruzar pradera rica y fresca. "que onda" le dijo, "yo te quiero" confesó pamela y se le coloreó la cara. una mano le hizo una caricia en el cachete, "nada de nervios" le dijo y se fueron a bailar. "eres súper linda, vienes del cielo, viniste a este lugar a llenar de luz los rincones de la noche infinita y por eso... te quiero".
*UNA DISCULPA POR EL ESTADO DEPLORABLE DE LA VERSIÓN ORIGINAL DE ESTE CUENTO. ESTÁ REVISADO Y CORREGIDO. LO SIENTO*
posted by a. m. "pompitas" alonzo at 8:41 PM
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