Sunday, November 27, 2011

el puñetazo del amor

"ha perdido cierto significado, no lo voy a negar" dije con un cigarrillo en la mano, con pequeñas gotas de sudor corriendo por mi cara. esperé la siguiente pregunta. en la espera me pregunté a mí mismo como había llegado ahí, a aquel sillón negro, frente aquel joven de lentes de marco grueso y camisa de franela y gozador de una fama tal vez ganada por su propio derecho, tal vez hizo algo alguna vez para ser reconocido, para tener una perra más guapa de lo normal, tal vez, aquel joven que me entrevistaba hizo algo alguna vez, quien sabe. yo estaba ahí sentado sin saber como llegué, como llegó, que fue de mí. "sí, ha perdido cierto sabor, ya no es lo mismo, ya no es lo que era, ya no me rió, ya no lloro, está hueco, está seco, he perdido mi arte, he perdido lo que soy, lo que era, ya no queda nada de mí, lo he perdido todo, lo cambié por basura, el oro en mi alma lo cambié por migajas y miseria y ya no soy nada" me hubiera gustado haber contestado a la última pregunta, "ahora dependo... " y así continuar como siempre hasta el territorio donde a nadie le importa. tragué saliva, con el cigarrillo en la mano, con la ansia de que algún día mi pasado prometedor regresará. recibí mi siguiente pregunta o lo que sea, esta gente no necesita signos de interrogación, son más ordenes que preguntas. "habla sobre el puñetazo del amor" dijo el hombre después de revisar su bloc. "el puñetazo del amor?" repetí en mis adentro con una expresión distorsionada, mi mente me ordenó regresar al principio, antes de que todo esto se volviera una obligación, antes de que se hubiera arruinado. mi último cuento, "el puñetazo del amor" tragué saliva, vi al joven a los ojos, un desfile de recuerdos en mi mente, mi expresión se tornó decidida, "por que no? tal vez sea mi última entrevista, tal vez sea mi última contribución al mundo, enseñaré mis cartas, hablaré sinceramente sobre el puñetazo del amor".

lo último que quiero es que me diga que sólo me quiere como amigo. lo último que quiero es que me diga que nunca me quiso de esa manera. jugué con mi taza, la vi a los ojos, un nudo en mi garganta, esperaba el puñetazo del amor. que me lo dé de una vez, que deje de de jugar conmigo, decía en el fondo de mi cabeza. era menos que un tipo más, nada que ofrecer, nada que ganar, sólo alguien, no hay ventaja, no hay seguridad, a tirarme sin red. "dime... que es lo que sientes por mí?" pregunté cuando el silencio se había hecho insoportable. "aquí viene" pensé con la taza de café en las manos.

yo sé quien soy. qué le paso a mi arte?! le grito al cielo, qué le paso? he sido robado, ya no lo disfruto como antes. era producto del ocio, de la nada, era el aire, era el suelo, era la preocupación número uno y ahora ha sido relegado. "te has conformado" me dice. pero yo siempre pensé que iba a estar a salvo, yo siempre me dije que podía hacerlo, era la base de todo. equivocado. estúpida maldita sorpresa. lo cambié por pura basura. ahora no tengo nada, sólo porquería. por cobarde, por idiota. estoy tirado boca arriba en mi cama, veo el techo, la ventana, la mañana, los arboles. me he robado a mí mismo. tengo que levantarme a hacer idioteces, he perdido. qué me queda? pura, pura, pura ceniza de esas llamas que se elevaron hasta el cielo. he perdido. no queda más que suspirar y regresar a mi celda. ya no soy quien era, he cambiado para mal, mi espíritu se ha roto, me hubiera gustado nunca haber tenido uno, doloroso recuerdo de lo que una vez fui. yo era un perdedor, una y otra y otra vez perdía, pero había en que apoyarme, hasta en mi momento más bajo podía contar con mi arte para levantarme y hacerme caricias. me ha abandonado, ya no puedo más, no soy capaz y sólo queda este desierto de existencia que se prolonga todavía demasiado lejos. "oh, puñetazo del amor, ven ya, dejame sentirte, no me hagas esperar más, muéstrate de una vez, he perdido".

me acomodé la corbata y hablé sobre "el puñetazo del amor". "bueno..." empecé "hubo una vez..." y seguí y conté como era un jovencito desocupado y como vivía sin problemas, vagando, sin preocupaciones, con la vida reinando, sin nadie a quien responderle. hablé sobre la promesa. hablé de todo menos del futuro. el futuro es un lugar horrible y si ese es mi ultimo cuento, si "el puñetazo del amor" es la última cosa que soy capaz de escribir, no quiero saber más, no quiero ser uno de ellos, conformes con su limosna. "maldita sea!" grité mientras me paraba. el joven de la radio me miró indignado, "yo hice cosas para llegar aqui" me dijeron sus ojos. el espíritu se desgarra, los sueños de la primera vida se desvanecen, pero no, no debo darme por vencido, no puedo perder, solamente por mí, debo persistir, que se joda "el puñetazo del amor", que se joda toda esta mierda y esas personas y esas dinámicas y ese ritmo marcado por la inercia. es hora de nadar, es hora de sacarme de esta inmundicia, de levantar el puño. ya no me empuja el vacío, es hora de trabajar.

la única otra opción es esperar, ser paciente, a ver que pasa. yo tengo mi arte y eso es todo lo que cuenta, yo tengo mi orificio existencial por el cual secretó toda esta mierda que se genera dentro de mí. que vengan y se atrevan, pónganme a prueba, lucharé hasta el final. hasta el siguiente "el puñetazo del amor".

cerré los ojos y sentí el tsunami caer sobre mí. era verdad, estaba pasando.

Thursday, November 03, 2011

el siguiente

pompitas alonzo estaba encuerado, sentado frente a su computadora, exhausto y cubierto en sudor. le dolía la boca por tanto reír y los ojos por tanto llorar. acababa de terminar su último cuento. tomó una cajetilla de cigarrillos domésticos, sacó uno, lo puso en su boca, ya tenía en la otra mano un cerillo prendido, le dio lumbre y fumó. mientras fumaba releyó el cuento. su cara denotaba absoluta concentración y seriedad. punto final y asintió. sí, era un éxito. lo había vuelto a lograr. hizo su tradicional celebración; levantó el puño a la altura de la cara y gritó "de puta madre!". apagó el cigarrillo en un cenicero improvisado y se fue a bañar.

el escritor de cuentos cortos y asesino legal de mascotas en una veterinaria chiflaba una tonadita con el buen humor acariciándole el cerebro. el agua caliente se transformaba en una boca y él en pito. sonreía, diciéndose a él mismo que lo había hecho bien. acabó ese pensamiento y como cual demonio que posee una alma desprevenida, una idea horrenda apareció de repente, era la misma después de cada éxito, y empezó a joder. como una llaga se abrió y saco cantidad considerable de pus. era de esas a las que a uno le encanta picar. su cara cambió en una milésima de segundo y el corazón se detuvo. la duda empezó: qué tal si no lo volvía a lograr, qué tal si no podía pensar en otro cuento bueno, que sería de él? no podría soportar regresar a las filas de ordinarios tontuelos que viven su vida esperando a la muerte, no podía ser un don nadie otra vez. y lo peor de todo era que lo único que podía hacer era esperar, esperar a pensar en otro cuento y a escribirlo bien. "oh!" hizo pompitas y se sintió desfallecer. mientras se secaba vio en el espejo su expresión de absoluta angustia y eso lo empeoro todo. "mierda, mierda, mierda" repetía con dolor de cabeza y pecho. de regreso en su cuarto, la duda ya era dueña y señora del alma de pompitas.

el carismático autor se fue con sus amigos a tomar. todos estaban al tanto de que había escrito un cuento y sabían que tarde o temprano lo sacaría a conversación. "y... ya leyeron el último cuento?" pregunto pompitas colorado. no se sentía cómodo con la autopromoción, se le hacía de sinvergüenzas, pero suponía era algo que debía hacerse, además de que tantito reconocimiento y aseguración le serviría para limpiar la mente de esa molestia que no lo dejaba en paz. "estuvo bueno" dijo uno, "me gustó" dijo otro, "está padre" dijo el último. alonzo sonrió, "sí, creo que me quedó bastante bien". los amigos siguieron tomando y la borrachera cambió la molestia profesional por una existencial y pompitas se olvidó de la duda unos días.

pompitas alonzo estaba sentando viendo el techo con cara de idiota, sacándose los mocos, con la mente en blanco. una idea para un cuento brotó del inconsciente. "ahuevo" dijo, era una buena idea. la trabajó unas semanas hasta que estaba lista para ser sacada del horno/cabeza. se sentó frente a la computadora y escribió pura basura. "me cago" dijo, lleno de coraje. "nada de nervios" leyó de una hoja que estaba justo arriba del monitor, "nada de nervios" repitió y se fue a ver la tele. semanas después escribió una historia sobre dos cachorritos que eran convertidos en peperamis por el sistema. lo acabó y de inmediato, sin darle otra leída, lo publicó. no podía cambiarlo en la plataforma, tenía que ver su creación con los ojos del mundo. checó la poca ortografía que sabía, corrigió uno que otro tipo, fue a comer un sándwich y regresó. sus ojos pasaron rápidamente por las letras, en su boca se dibujaba una sonrisa, su corazón era llenado por el sentimiento y dijo "lo he logrado otra vez".

un día, pompitas estaba en una conferencia a la que había llegado accidentalmente. resultó ser de un hombre inteligente que escribía, esto dejo a alonzo en su asiento. alguien le preguntó al conferencista que cual era su triunfo más grande, él rió y contestó, "bueno, hombre, pues el siguiente".