Tuesday, April 26, 2011

Mariquita

Humberto y yo nos conocimos una vez que fue a comprarse un traje para el funeral de su madre. yo trabaja en una tienda departamental. me entretenía contemplando la quietud y la tranquilidad de una mañana de martes, sentado atrás de la caja, carente de expresión y permitiendo a mi imaginación dar vueltas libremente. lo vi entrar, medio calvo, gordo y notablemente afeminado. Humberto era un homosexual de buena familia. había sido educado en las mejores escuelas y su madre se había preocupado hasta el borde de la locura por inculcarle los más exquisitos gustos, mucha clase y gran estilo. poseía un enorme desprecio hacia la raza humana, cosa que sacó de su intolerante madre. odiaba a la mayoría de las personas, todas tan vulgares y tontas, con sus risas estúpidas y sus mentes primitivas, con el sexo y el entretenimiento como únicos intereses. Por esto, Humberto se exponía al mundo sólo para ir todos los días a su club deportivo, ahi pasaba todas las mañanas y tardes. veía a hombres de mediana edad jugar squash, se escondía en la sombra con un cigarrillo fino en la boca y veía los músculos y el sudor y oía los gemidos de esfuerzo y exclamaciones de rabia o alegría. después del show de hombría, se tiraba junto a la alberca a emborracharse con cocteles que uno normalmente sólo ve en la mano de una señora. comía medio bufete y regresaba a su casa a encerrarse el resto del día en su cine. no era inseguro en cuanto a su homosexualidad, no mostraba vergüenza o arrepentimiento, aunque no importaba porque no tenía mucho éxito con los hombres debido a su casi patologica timidez. su madre murió una tarde, él lloró por días hasta que el sentimiento caducó y su cabeza se llenó con los preparativos para el funeral más fino y elegante de la historia, sus palabras, no las mías.

mientras se probaba trajes, dije algo que mostró inteligencia, esto llamó su atención y me invitó una copa. aunque sé que un hombre, en estos casos, saca sus prejuicios de su sociedad, yo no la culpo para nada y tomó completa responsabilidad por creer que aquel homosexual tenía un deseo oculto que me incluía, nada podía estar más alejado de la verdad. yo no soy ningún jovencito y cualquiera de ese bando te diría si le preguntas que yo no soy nada apetecible. todo esto lo vi en sus ojos cuando el vio en los mio lo antepasado. "de acuerdo" respondí con algo de vergüenza, sentimiento que me regresó a su gracia. fuimos a un bar de ricos cerca de donde trabajo. en el momento en que entré, todos ahi olieron en mí el hedor de la pobreza, pero al verme con uno de los suyos, sólo se taparon la nariz y siguieron con lo que hacían. platicamos de diferentes cosas. nada importante hasta que, ya entrados en tragos, le platiqué mi vida. como quería viajar, pero no podía, como quería escribir, pero no lo hacía. mi gran historia de no's y deseos frustados. vi el cambió en su cara, se paró harto de mí, me vio a los ojos y me dijo "usted señor" yo lo miraba colorado, ahi sentado, acostumbrado a narrar mi triste historia como si fuera una lista de cosas que he comido "es un mariquita", se dio la vuelta y desapareció para siempre.

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Tuesday, April 19, 2011

Limpiando mi trasero llené mi playera de popo

estaba el otro día comiendo mi peso en carnitas. yum yum. en el stereo del puesto sonaba "millionaire" de kelis. de mi corazón brotó la más sincera alegría. levanté la mirada, el cielo de un increíble y bello color azul, el sol brillando cariñosamente, pájaros cantando canciones de revuelta. de pronto, mi cuerpo empezó a mandarle al cerebro esa señal que dice así "es hora de hacer popo". me paré, fui al baño, me senté en el escusado, me agarré de donde pude, grité una maldición al cielo y, como si acabara de ser exorcizado, algo terrible y diabolico salió de mí. me costó un poquito de trabajo pararme, pero cuando lo logré me le quedé viendo al producto de mis entrañas. ahi manchando la porcelana, coloreándola de cafe. ahora sabía como se sentía mi madre. una sensación de asco se apoderó de mí, "maldita sea" dije con los ojos llorosos, el olor hacía mi cabeza girar. no podía más con esto, era hora de acabarlo. tomé tantito papel y, por alguna razón, limpiando mi trasero llené mi playera de popo, pero no me di cuenta y seguí con mi día.

Saturday, April 16, 2011

chiparne soclu

íbamos camino a un planeta en el goldilocks de un sistema solar a miles de años luz de la tierra, decían podía albergar vida. el hombre que lo descubrió, el astronomo herrera, lo llamó CHIPARNE SOCLU, nadie sabía porque, pero el nombre pegó y ahora era todo de lo que se hablaba. nos mandaron a explorarlo. éramos un equipo de 6. el capitan mendieta, la doctora godinez, el ingeniero saldivar, el biologo vazques, el soldado resendiz y yo, el encargado del entretenimiento, marcelino nuñez. nos faltaba poco para llegar cuando empezó la violencia. llevábamos 9 meses en el espacio y un día, toda la tripulación perdió la cabeza. la gente se empezó a matar la una a la otra. la primera en morir fue la doctora godinez, el solado resendiz le pegó con un bate de beisbol. luego cayó el ingeniero saldivar a manos del biologo vaszques. fui el último en darme cuenta de la locura porque mi cuarto estaba alejado de todo. yo también me volví loco, pero sólo noté el cambio cuando tuve las tripas del capitan mendieta entre mis manos. quedámos el soldado, el biologo y yo. como hice mi doctorado en mi pobre angelito, no me costó mucho trabajo poner trampas por toda la nave. así acabé con el biologo vazques, cayó en un hoyo que daba al espacio, lo vi flotar hacia la oscuridad, moví mi mano de un lado a otro, sonriendo complacido. el soldado resendiz era más listo de lo que pense, evitó todas mis trampas y nos encontramos en el puente de la nave. era hora de una pelea a muerte. nos golpeamos furiosamente durante horas. ya no nos podíamos mover y tirado en el suelo me pregunté de la procedencia de este subito antojo de matar. "de donde viene?" me pregunté a mí mismo todo ensangrentado, escupiendo sangre y con el cuerpo adolorido y fue cuando apareció chiparne soclu en el monitor. mi corazón se aceleró, como si me hubieran dado una inyección de adrenalina, y con mis últimas fuerzas tomé un pisapapeles y golpeé repetidas veces la cabeza del soldado, dandole muerte. aterricé en aquel desconocido planeta. abrí la compuerta, fui recibido por miles de animales extraños matándose entre ellos. sonreí y corrí emocionado hacia la pelea, hacia chiparne soclu.

Thursday, April 14, 2011

ama de casa

"most swagged" decía mi sudadera. corría por mi vecindario, trataba de perder peso para el verano. una pequeña anciana gritó "auuugahh" y se cayó de su ventana, aterrizó justo frente a mí, por poco me pega. yo soy un tipo ordinario, tienen, pero en serio, tienen que entender. mis intereses y mis deseos, mis metas y mis metodos de alcanzarlas son como los de el 99% del planeta, por eso puedo decirles que lo que me pasó fue algo para lo que no estaba preparado. "pequeña anciana" le dije arrodillado, la veía directamente a los ojos, escupía sangre, se iba al infierno en aquella sucia banqueta llena de caca de perro y chicle prehistórico. "oh extraño" dijo tomándome sorprendentemente fuerte del cuello "estoy apunto de morir" y gran cantidad de jugo humano salió de cada orificio facial, "pff dígame algo que no sepa" le dije, haciéndome el gracioso. "toma este papel, tómalo, no seas tímido" lo tomé, era una dirección. "de acuerdo, ahora me voy, con permiso" y los ojos de la viejita hicieron un movimiento hacia arriba y quedaron en blanco, "madre" dije incorporándome, "esa señora es... no más". guardé las dirección, la olvidé por completo y seguí con mi rutina de ejercicio.

días después, la señora que lava mi ropa llegó mientras yo le decía a mi perro que era un perro estupendo. "querido alberto" le decía con mi cara muy cerca a la suya, acariciando sus cachetes de perro "eres el número uno", alberto miraba la nada. "chichixtli, chochoxtl, matixtli" dijo inexpresiva en su idioma en peligro de extinción, con el papel en la mano. "ah neta" dije al entender. leí cuidadosamente la dirección. una extraña e incontrolable curiosidad se apoderaba de mí. "no puedo contenerme" me dije, caminando hacia un sitio de taxi. sin decir una palabra le di el papelito al taxista, "sí, ahuevo" dijo él y allá fuimos. llegamos a una casa enorme, blanca, con miles de ventanas, bastante linda, en la zona rica de mi ciudad. jardines verdes, espacio para más de diez carros y columnas a cada lado de la entrada principal que daba a la casa. una reja enorme electrificada mantenía a los indeseables fuera del mundo esterilizado de quien ahi vivía. "póngase desodorante" lo que le dije al taxista, reí como un idiota y le di un billete con la cara del chavo del 8. me acerqué tímidamente, "ohh" hice, mientras más me acercaba más linda era la casa. una señora fumaba en la entrada principal, vio que pretendía tocar el timbre, "en que te ayudó, hermano?" gritó la señora desde la lejanía, se acercó corriendo y, tomando un barrote de la reja/puerta con cada mano, puso su cara entre sus manos y abrió los ojos más de lo que he visto a cualquiera abrir los ojos, le daba fuertes fumadas a su cigarro, haciendo ruido con la nariz. "una viejita" empecé, sintiéndome algo incomodo, sacado de onda "que se cayó de su ventana" la forma de fumar de aquella señora chaparra y morena me producía escalofríos "me dio este papelito" saqué el papel y lo levanté a la altura de su cara, los ojos de la señora, que ahora sospecha que estaba en algún tipo de droga, se posaron en él, "donde estaba esta dirección" acabé, para entonces ya estaba todo sudado. ahora la rara señora me veía con desconfianza, "dejame ver ese papel" dijo y sacó una mano, se lo di, todo este asunto empezaba a parecerme mala idea. lo vio detenidamente, lo palpó, lo olió y hasta lo lamió, la maldita psicopata. "está bien" dijo la señora, sacó un montón de llaves y abrió la puerta, "sígueme, mu-cha-cho" la desconfianza no paraba, yo estaba cohibido al extremo "ok". "qué locura" me decía mientras admiraba y atravesaba el jardin delantero. entramos a la casa, el recibidor como ningún otro que haya visto en mi vida, excelentemente decorado, todo de un gusto esquisito. no entraré en detalle sobre lo que ahi había y como era porque esto es un cuentito corto y no algún tipo de realismo, de acuerdo?! muy bien, continuemos entonces. pasamos al despecho de quien yo supuse era el amo y señor de ese lugar. para entonces, de tanto caminar, ya estaba muy cansado y no quería otra cosa que un buen vaso de té helado y sentarme un rato, pero parecía que estaba lejos de suceder. la señora me introdujo al despacho y, muy para mi alivio, desapareció. el cuarto estaba oscuro y la silla frente al escritorio me daba la espalda. giró de repente, revelando a un tipo tan viejito como la viejita que cayó desde las alturas. "yolanda te dio aquel papel?" dijo el anciano, "así es, viejo tiempero" como soy un tipo muy perspicaz no hizo falta que preguntara que quien era yolanda, obviamente hablaba de la viejita "y está muerta?" "tan muerta como la vergüenza de los jóvenes hoy en día" esto no le dio risa "mmm muy mal". nos quedamos callados unos segundos "oiga" le dije, ya absolutamente mamado de todo este asunto "no sé que estoy haciendo aqui y ya me quiero ir a mi casa" "uy hombre de mi corazón" aclaró su garganta "me temo que eso va a ser imposible" me dijo calmado, ahi sentado en su silla, "pero por qué?" pregunté angustiado, "yolanda inicialmente iba a ser mi esposa, pero ahora que está muerta, tú ocuparas su lugar" "yo voy a ser su esposa?" pregunté, confundido, buscando confirmación, "así es, joven amigo" me dieron tantitas ganas de reír, pero luego al ver que hablaba en serio, me entró una ira "pero si yo soy un tipo!" grité, agarrándome el pito, "yo no voy a ser la esposa de nadie" y salí corriendo, pero no sabía como regresar y en un parpadeo ya estaba perdido. un monitor frente a mí se prendió, era el viejito. "no hay escape, es mejor resignarse" no podía creerlo, por mi maldita curiosidad iba a terminar siendo la esposa de un vejete, me quería morir. encontré un sillón, me senté y lloré mi mala suerte.

pasó el tiempo y, después de darle una chance, descubrí que ser ama de casa no es tan malo como uno piensa, sobre todo si es de la clase con dinero y nada de responsabilidad. me acostumbré luego luego. el anciano, que se llamaba ruperto, debido a su vejez, ya no tenía deseo sexual, todo lo que quería era compañía, así fue eliminado mi más grande temor. también dormía todo el día y sus ataques seniles me daban risa. me la pasaba bien, tengo que confesar. cuando no tenía que hacerle la platica, me paseaba por la enorme mansión con un porrito en la boca, en bata de baño y pantuflas de excelente calidad. tenía la vida que me merecía. lo había logrado y sin querer. cuando era pequeño, recordé un día de ocio tirado junto a la alberca, veía en la tele a las amas de casa de beverly hills y decía "oh cristo, yo daría lo que sea por ser una ellas" pero al crecer y volverme feo descarté la idea, ninguna ricachona se iba a fijar en mí. lo único malo, supongo, era que no podía salir, pero sólo tenía que esperar a que ruperto se muriera, para lo que no faltaba mucho, y todo eso sería mio, además, de todas maneras, nunca me gustó afuera demasiado. mi vida estaba resulta y las preocupaciones se había acabado para siempre. así, sentado, con una margarita en la mano, me dije a mi mismo, con el corazón contento, que yo era la mejor ama de casa del mundo, luego me reí, me recosté en el camastro junto a la alberca, cerré los ojos y dejé que los buenos tiempos duraran para siempre.

Wednesday, April 13, 2011

yo y un enano

yo y un enano estábamos parados frente a un pelotón de fusilamiento. era el futuro y los cosas habían cambiado un poco. yo y un enano nos volvimos muy amigos y hacíamos todo juntos. yo no tenía amigos y él era el unico que me hablaba. venía a mi casa y resolvíamos crucigramas. ahora, a punto de morir, no había duda de que había valido la pena. "no entiendo" me dijo, con una venda negra sobre sus ojos, "la nueva generación se va a desquitar con nosotros, con sus drogas y su tecnología" expliqué con los ojos vendados. sentía su mano tocando mi brazo, la tomé y nos preparamos para morir. tragué tantita baba, se oyó la orden, un estruendo, las balas volaron hacia nosotros y desgarraron nuestra piel y caímos muertos, con nuestras manos entrelazadas, yo y un enano.

Tuesday, April 12, 2011

carne de sirvienta

"yo sé lo que a ti te gusta" me dijo mi chica, colorada, sudando, con vergüenza, asco y odio en la mirada, con los ojos clavados en la mesa. yo la miraba echado hacia atrás en mi silla, con un cigarrillo en la boca. todo el asunto me parecía ridículo, no estaba de humor para pelear y me quedé callado. "sí" y sus ojos como asteroides gigantes sobre planeta cayeron en mí "yo sé..." con su linda cara de niña fresa toda deformada por una expresión de absoluto desprecio, levantó su mano, me señaló "lo que a ti... " si hubiera sido posible, fuego hubiera salido de sus ojos "te gusta!" gritó, todo el mundo en el cafe volteó a vernos. hace mucho que no veía tal muestra de sentimiento, lo creía muerto en ella, me impresionó, pero contuve cualquier muestra de ello, exhalé el humo y volteé hacia mi derecha, hacia una mujer, a la distancia, con un pingüino en su playera rosa, comiendo muy contenta helado de frambuesa. esto acrecentó su ira, se paró energicamente, golpeó la mesa con sus manos, la gente seguía viéndonos, en silencio, todos estaban en mi contra, todos están siempre a favor de la mujer que grita porque piensan que el hombre acaba de jugar con su corazón y no es que yo no haya jugado con su corazón, no, y también ella jugaba con el mio, pero eso no tenía nada de ver con lo que estaba pasando entonces. me miraba como si estuviera apunto de matarme, la miré ahi parada, respirando duro, con lágrimas de coraje corriendo por sus colorados y tersos cachetitos, todo esto empezaba a ponerme incomodo, esos ojos llenos de rabia quedaran por siempre grabados en mi memoria. esa muchacha de buena familia, con su ropa limpia y cara, jurando que no había nadie mejor que ella, "superior" hubiera utilizado para describirse, pensaba que lo tenía todo y ahora humillada porque yo, su novio de años, tenía una afición hacia las niñas de escuela de gobierno, con las que la engañaba cada vez que podía. después de unos segundos de suspenso, gritó fuera de si "a ti te gusta la carne de sirvienta!" y se fue corriendo.

Friday, April 08, 2011

esta piedra se parece a la otra

pompitas alonzo lo había logrado. escribió un cuento largo, su amigo/editor/manager, josue, se encargó de venderlo bien y les dieron mucho dinero. pompitas hizo lo que prometió si ganaba, gastó todo su dinero en putas, cocaína y una habitación de hotel en paris. sobrevivió y regresó al mundo de los vivos. ahora, como consentido del público lector, era fácil ganar y lo logró otra vez. escribió en menos de una semana otro cuento largo, josue hizo lo suyo y otro cheque llego a las gorditas manos del escritor favorito de la gente que sabe leer. excelente. disfrutó de su fama, no había persona en la escena literaria que no conociera el nombre de Alfonso Mauricio "pompitas" Alonzo y las mujeres con problemas familiares y de autoestima fueron a él. les hizo el dulce amor a cada una de ellas sin encontrar la gracia que busca cuando ve un par de tetas. nada de suerte, la soledad persistía, pero nuestro amigo, en vez de luchar contra esta constante en su vida, más un problema interno que externo, siguió con lo suyo. cuando la popularidad perdió su gracia y se volvió molesta y por problemas psicológicos que llevaban años jodiéndolo, un día, pompitas se mamó de todo. fue a su casa, un pequeño y sucio departamento, con las manchadas paredes blancas desnudas y muebles rotos y viejos, llenó una maleta con su colección de calzones, 365, uno para cada día del año, le dio la espalda a la espalda de la gente y, con trini, la asistente asignada por la editorial, escapó, sin decirle a nadie, de la sociedad, de la escena y se fue a perder a la pradera escocesa, en una linda y acogedora cabaña, creyendo y esperando que para siempre.

trini y pompitas rápidamente formaron una dinámica asombrosa. casi totalmente aislados de todo, construyeron un mundo de dos, un mundo que funcionaba a la perfección. la vida marchaba con increíble armonía, la felicidad reinaba. se sentaban a leer en silencio, veían películas geniales, se ponían a jugar juegos de tomado, pasaban el porro, iba de excursión, inventaban cosas que no funcionaban y ponían sus vidas en peligro y platicaban sobre ideas para cuentos, a veces llegando a acaloradas discusiones que terminaban en silencios de días, seguidos de risas y auto-burla. de todas maneras, generalmente los cuentos no se parecían, para bien o mal, a como se planeaban. recluido en su cabaña, alejado de la sociedad, pompitas olvidaba el lugar de donde había escapado, su alma se limpiaba de la suciedad embarrada por la violencia de las voluntades en perpetua lucha. la única que salía era trini. iba, en un pequeño carro azul, al pueblo más cercano a comprar víveres. también cocinaba, limpiaba y hacia comics súper graciosos. ella, una vez, fue una prometedora y ambiciosa estudiante de literatura. era guapa, pero no lo sabía, con sus chapitas generalmente coloradas, de buen temperamento, acostumbrada a someterse a los caprichos de los demás por pasar su adolescencia atendiendo a su padre enfermo. bromeaba diciendo que pompitas, en comparación, era una regalo del cielo. desde muy jovencita trabajó en la editorial, corrigiendo y haciendo encargos antes de ser asignada a esa nueva estrella de la literatura nacional, pompitas alonzo. no estaba muy familiarizada con su obra, pero pronto las líneas del joven escritor invadieron su cerebro, conquistándole el corazón, invitándola a soñar, pero como todo el mundo que lo conoce sabe, pompitas es muy diferente en persona a lo que un supondría por obra, por lo que, al conocerlo, todo tipo de fantasía romantica muere sin remedio y así cualquier tipo de relación amorosa entre los dos desapareció por completo. trini tenía un novio por el que no sentía nada y seguía con él sólo porque él no dejaba de llamarle.

el tiempo pasó, ahí en la pequeña cabaña perdida. en todos los demás lugares de la tierra azotaban tormentas de mierda, pero nada tocaba el impenetrable santuario en la pradera. los días se consumían como cerillos y el mundo de donde venían, un día, sin más, desapareció por completo. el planeta se redujo esa pequeña cabaña, la población mundial era de dos y tener el corazón lleno de loca euforia era la única ley. se independizaron del tiempo, por lo que, si les hubieran preguntado, no podían responder cuanto tiempo llevaban ahí metidos. trini tenía una idea por sus mensuales visitas al pueblo, pero como a los 2 o 3 años se dejó de fijar en cualquier cosa y se apuraba en regresar al orden o caos de la cabaña.

una tarde, pompitas, en el balcón de su cuarto, fumaba un porro, viendo el atardecer, experimentando en todo su poderío el magic hour, tomándose una fanta. trini llegó, pompitas le pasó el porrito, ella le dio un comic nuevo. pompitas lo leyó rápidamente, soltando pequeños grititos de hilaridad de vez en cuando, mientras trini besaba aquella plataforma que te teletransporta a una dimensión donde nadie sabe que mierda es la tristeza. pompitas leyó el último cuadro, trini dio el último toque y sus miradas se encontraron, sonriendo, con el sentimiento como fuegos artificiales explotando dentro de ellos, con todas sus fuerzas desearon que ese momento durara para siempre, le rogaron a la naturaleza, no importara la consecuencias, que el planeta se detuviera, esperaron que el tiempo se quedara paralítico y nunca volviera a correr. las lágrimas de la felicidad empezaban a salir cuando se oyó un golpe en la puerta. se sacaron durísimo de onda ya que hasta entonces habían tenido sólo un visitante, un viejo pastor que, drogado fuera de su mente por unos hongos que comió cuando se preguntó a que sabe la caca de vaca, preguntó si ahí era la matriz de su madre, pompitas y trini, riendo, le contestaron que sí y el drogado pastor se quedó en posición fetal hasta que regresó a sus sentidos y se fue sin decir adiós. trini se paró y fue a ver quien era. pompitas tenía ganas de ir al baño por lo que olvidó por completo el llamado a la puerta y atacó, sin querer, a la comunidad subterránea de hombres topo que vivía justamente bajo la cabaña. era josue, había venido como el Apocalipsis a destruir el perfecto mundo de pompitas y trini. fue para ofrecerle a alonzo un trabajo de profesor en la mejor universidad de su país. pompitas, con el paso del tiempo y su misteriosa desaparición, se había vuelto el autor más solicitado de todos. nunca había dejado de publicar porque trini, cada vez que iba de compras, le mandaba a josue, le parecía muy egoísta de su parte ser la única que disfrutaba de aquellos cuentitos, un montón de hojas con miles de historias, hojas que eran publicadas. libro tras libro la fama creció hasta el punto que el papel de baño lleno de mierda del buen alonzo, que una vez fue un vago bueno para nada, valía muchísimo dinero. pompitas salió de la cámara de gases, como él le llamaba cuando encerraba ahí a trini, y extrañado por algo como de otra vida, pero sin ser capaz realmente de reconocer, vio que trini lloraba, callada, viéndolo bajar las escaleras hacia el recibidor de la cabaña. josue, quien se veía notablemente más viejo, dejo caer las noticias sobre ella primero. pasaron a la sala y sin rodeos josue le contó el porque de su visita. pompitas pidió tiempo para pensarlo y josue como vino, se fue, quería que pompitas supiera que no le había parecido nada gracioso su súbita huída y que le había costado muchos malos ratos su desaparición de la guerra de bolas de mierda que era la escena literaria. el berrinche de josue pasó totalmente inadvertido, todo ese tiempo fuera del juego había dejado a pompitas totalmente inmune al chantaje emocional. "pompitas" le dijo trini con un nudo en la garganta, esa noche a la hora de la cena "no destruyas el perfecto balance que hemos construido, no le pongas fin a nuestra felicidad, no rompas esta armonía envidiable a la que nos hemos acostumbrado, te lo pido por favor! no nos hagas regresar a ese mundo violento y maligno del que fuimos lo suficientemente afortunados de escapar... sé razonable! no lo hagas, pompitas, no lo hagas por lo que más quieras" y rompió en llanto. pompitas la miraba masticando un pedazo de carne, tragó, tomó la mano de su asistente y "estoy aburrido" confesó con un gesto de comprensión, trini se limitó a bajar la cabeza, sabía que no había contra argumento ni manera de convencer aquel obstinado sujeto. empacaron sus cosas, le dijeron hasta nunca a la cabaña y salieron de su paraíso terrenal, de regreso a la sociedad de la que nunca se sintieron parte.

no hablaron en todo el camino. al salir el aeropuerto, a la hora de despedirse, trini lo abrazó fuertemente, "ponte chingón, échale ganas" le dijo amistosa, sonriendo con lagrimas en los ojos, una última broma, luego dio media vuelta y fue hasta un tipo con bigote, pompitas supuso era su novio. se quedó viendo el carro alejarse, como desaparecía para siempre de su vida, el fin de una era, las vueltas impredecibles. alguien lo tomó del hombro, era josue que le sonreía, "por aquí" le dijo y lo llevó hasta un carro lujoso. la ciudad había cambiado hasta ser irreconocible. nuevas calles sobre nuevas calles sobre viejas calles. todo el camino trató de recordar, pero su memoria estaba llena de sus días en la cabaña. a toda su vida antes del exilio le habían grabado encima. llegaron a un edificio de departamentos lujosos. josue le enseñó donde iba a vivir. "gratas sorpresas, mi amigo" le dijo antes de irse. pompitas prendió la tele, un programa que no conocía, unos segundos y se encontró a si mismo riendo a carcajadas. no recordaba que la tele fuera tan graciosa. el lunes siguiente fue a la universidad donde daría clases. impartiría un curso sobre el cuento corto. vagos recuerdos sobre sus días en la escuela le daban un mal presentimiento, pensaba sus alumnos iban a ser unos zombis hijos de puta, sólo ahí por el papel, trató de no desanimarse y fue a comprar un paquete de cigarrillos. el encargado de la tienda, cuando pompitas pidió una cajetilla de su marca preferida, pareciera le hubiera pedido a su madre como esclava sexual, "no, señor mío! este es un establecimiento decente" contestó todo indignado el tendero. pompitas, desconcertado, retrocedió unos pasos y vio los anuncios alrededor de la caja, todos eran de marcas de porros. "me cago en todo" susurró pompitas, no lo podía creer, se sentía en la maldita dimensión desconocida. con razón en todos lados olía a marihuana, pensó. compró miles de pesos en porros y regresó a su departamento. al parecer, los hijos de sus compañeros de secundaria habían legalizado la marihuana desde hace ya un tiempo. los tabú se volvieron un recuerdo vergonzoso y ridículo. las redes sociales dejaron de ser una herramienta de chisme y ocio y la gente extraordinaria tuvo más alcance que nunca. las personas se organizaron bajo ideales progresistas y la sociedad se había reformado, esa nueva generación no iba a ser cachada muerta cometiendo los mismos errores que sus padres. y no sólo en cuestiones de droga, la libertad era el nombre del juego y todos parecían conocer y acatar las reglas. "de puta madre!" gritó pompitas emocionado. ese otoño le empezó a dar clases a un audiotorio de jóvenes excelentes, entendían todos sus chistes y conocían sus cuentos mejor que él. parado en frente de la clase, no dejaba de sonreír. no podía creer su suerte. esa noche, pompitas, acostado en su cama, viendo su techo, se quedó dormido de buen humor, con los días en la cabaña convertidos en un recuerdo distante. ahora, ese era su mundo nuevo, su mundo mejor.