Friday, November 26, 2010

espero morir antes de publicar algo después de esto

Thursday, November 18, 2010

vírgenes

fumaba un cigarrillo en un cafe, en la plaza del pueblo al que acababa de llegar. a mi padre le habían dado trabajo ahí, tomamos nuestras cosas, nos despedimos con un movimiento de cabeza del pueblo anterior y nos mudamos. esperaba en el cafe a uno que tenía mucho interés en hablar conmigo, la verdad no sabía por qué. me abordó mientras metía cajas en la nueva casa. "cuando te diste cuenta que la casa de tus padres ya no es la tuya?" me preguntó ese muchacho flaco, con cigarrillo en la boca y ojeras hasta la barbilla. "oh no lo sé" respondí, sabiendo perfectamente de lo que hablaba. "tenemos que hablar" me dijo serio con expresión grave "tenemos que hablar" repitió, dándome a entender que esto tenía nada de casual. "ok" respondí despreocupado sin nada mejor que hacer. "encuéntrame en el cafe la golondrina a las 4 de la tarde" me dijo, tomándome del brazo "es muy importante" con su cara muy cerca a la mía y me enseñó todos sus ojos. y ahí estaba yo, en el cafe la golondrina, no realmente curioso, con un cafe entre las manos, con un cigarrillo quemándose tanto en mi boca como en el cenicero, en una tarde con viento y nubes. llegó por fin, se sentó y le trajeron de inmediato un cafe tan negro como puede ser. le dio un trago, acomodó sus ideas y empezó "tengo algo que explicar… este pueblo, este pueblo no es como los demás, hay algo aquí, como hombre te interesa, hay algo en el modo de las cosas que crea un fenómeno en extremo bizarro, un problema para nosotros, para ti, eventualmente, que ha quebrantando el orden de la vida e interrumpido su curso, afectando a cada hombre que vive aquí, marcándonos para siempre, algunos dicen que nos hace mejores, que nos obliga a esforzamos más, a echarle ganas y no podrirnos en nuestros defectos pero la cosa es, para hacerte el cuento corto (jeje), que en la secundaria, cuando el apetito está dormido o despertando, las niñas de este pueblo, absolutamente todas las niñas, son llevadas a un monte durante 6 años, hay tantas teorías como tontos en el mundo, pero nadie sabe realmente que pasa en ese monte, nadie, más que ellas, las mujeres de nuestro pueblo, sabe con exactitud que les hacen… lo que sabemos es lo que pasa después, cuando regresan, regresan con un standard en hombres irreal, imaginario, y cuando se topan violentamente con los jóvenes sexualmente frustrados que las esperan dementes no encuentran lo que buscan y ellas se quedan vírgenes, nosotros viajamos a puteros de otros pueblos durante toda la preparatoria y tenemos sexo salvaje y obsceno toda nuestra adolescencia. pero con ellas de regreso, los viajes se acaban y empieza la infinita y maniática misión de conquistarlas, tan bellas y firmes y perfectas, tan llenas de deliciosa y fresca juventud, pero nadie tiene sexo aquí más que los homosexuales y los 3 tipos genéticamente perfectos con sus 3 respectivas novias, también dueñas de genes excelentes… serás testigo de lo que te digo la próxima semana cuando empiecen las clases. son muy lindas contigo y todo, pero no puedes meter gol, no te dejan acercarte hasta cierto punto, no pasas de su barrera impenetrable si dices o haces la cosa equivocada y eso puede ser cualquier cosa… desde pestañear mal o tener fuertes opiniones sobre lo que sea y si eres feo o/y gordo estás perdido. tal vez pienses que estoy jodiendo contigo, pero ve, tengo algo que enseñarte" se remangó y descubrió su brazo derecho, lo tenía increíblemente musculoso, luego remangó el izquierdo que estaba contrastablemente delgado, "mierda" murmuré, impresionado "no es broma, mi amigo, estás por entrar al más despiadado desierto del sexo, trágicamente lleno de bebederos sexuales inservibles… ah y otra cosa, las mujeres de este pueblo son famosas en la región por su belleza, nunca vas a sentir tantas ganas como cuando pongas tus ojos en nuestra población femenina. sentía que tenía que prevenirte, pocas cosas me divierten más" se rió, se echó para atrás con su cafe en las manos y lo tomó con un tic en el ojo y notablemente ansioso. me faltaba el aire, "vírgenes" se oyó en el fondo de mi mente, odio a las vírgenes, todas las vírgenes que había conocido en mi vida reaparecieron en mi pantalla mental. "quiero ser actriz porque soy bonita" "estoy esperando al correcto" "es mi día del mes", nunca había desvirginizado a alguien, pero oh dios como lo había intentado y era imposible aun con muchachas de expectativas mediocres. ahora estaba en un pueblo lleno de ellas, maldita mi suerte. "gracias… supongo" le dije con la boca y con la cara le decía "culero", apagué mi cigarrillo recién prendido, tomé el resto de mi café de un trago y me fui. no sabía que hacer de todo esto, "vírgenes" fui pensando de regreso a mi casa, por los bulevares súper padres, "seguro ese idiota es un inepto y no consigue nada y sólo jodía conmigo" trataba de convencerme, pero había algo que no me dejaba creerlo del todo. llegué a mi casa, me senté a ver la tele y me quedé dormido. soñé que se me secaba y se me caía el pito.

pase el resto de la semana haciendo ejercicio y leyendo filosofía súper densa, tenía que prepararme, si es que era cierto, para la más grande batalla de mi vida. el primer día de clases me bañé metódicamente, me arreglé el cabello con extremo cuidado, me puse mi mejor ropa, la más cara y recién comprada, me lavé los dientes tan duro que mi boca se lleno de sangre y salí decidido, seguro de mí mismo, sintiéndome un campeón, nada podía detenerme, "veni, vidi, vici, veni, vidi, vici, veni, vidi, vici, veni, vidi, vici!" fui diciendo todo el camino. llegué y fui recibido por un ejercito de criaturas perfectas, representantes insuperables de mi género favorito, ejemplos magníficos de lo bello que puede ser el ser humano, parecía emitían su propia luz y fui deslumbrado hasta casi quedar ciego. me arreglé el cabello y, al entrar, sentí entraba en otra dimensión, en una mejor dimensión. paseé fascinado por los pasillos, dejándolas entrar, recibiéndolas con flores y fanfarria en mi corazón, con mi sexo reventando y mi cabeza imitando a la tierra, rotando y trasladándose. "oh cristo" dije, alcanzado un orgasmo. "vírgenes?" amenacé, burlón y altanero, "no más". entré a mi primera clase y me puse a trabajar. conocí varias compañeritas ese día y sembré la semilla de mi amistad en la tierra fértil de sus almas. se acabaron las clases y sentí hice bien, no pude empezar mejor, no noté nada de lo que me había dicho ese sujeto, todas me recibieron con las brazos abiertos, todas estaban dispuestas a ser mis amigas, "lindas y ya" sonó tenebrosamente en mi cabeza, pero fue descartado por la evidencia recolectada ese día, no puede ser cierto, puede que ni sean vírgenes, cada vez creía más que el tipo ese era sólo algún ojete y con el tiempo tuve la certeza de que eran puras mentiras. de regreso a mi casa pensé en dedicarme sólo en una, en lugar de dividir mi esfuerzo en varias. me dejé de tarea encontrar a la muchacha ideal para dejar caer en ella todo el peso de mi amor. en el transcurso del mes conocí a muchas posibles candidatas y para el principio del nuevo ya tenía a la elegida, pamela. era mi amiga y teníamos amigos en común, nos gustaban las mismas cosas y compartíamos el sentido del humor. extrañamente nunca salíamos nosotros dos solos, siempre la invitaba, pero ella se negaba por tal o cual razón. no le di mucha importancia, pensaba, gracias a mi baja autoestima, que yo no le gustaba, pero no me iba a dar por vencido así como así, iba a conquistarla fuese como fuese. pregunté a sus amigas sobre ella, pero no me daban respuestas claras. la verdad se descubriría una terrible noche de septiembre. estaba en una fiesta de la escuela, tomando y pasándomela bien, cuando me la encontré. platicamos y tomamos más, pasó el tiempo y acabamos notablemente borrachos. en un punto se quedó callada y me vio a los ojos, yo callé también, "algo pasa" pensé, sin sospechar lo que estaba apunto de venir. "soy" empezó, "oh no" comprendí de inmediato, mi corazón latía rapidísimo, "soy" repitió, ah sentía que me quebraba por dentro, que en cualquier momento llenaría el piso con mis tripas, "virgen". "mierda, es cierto… es cierto!" le grité al cielo, "oh ok" dije, embobado, aturdido, se paró y se fue. esa noche soñé que estaba perdido en un laberinto en donde moría miserablemente.

nuestra amistad se marchitó y se murió. "a la mierda" acabé diciendo y fui tras de otra, pero con idénticos resultados. seguí y fui tras de mil más, todas vírgenes, todas queriendo nada que ver conmigo. lloraba en mi cama, viendo mi techo, maldiciendo ese puto pueblo, maldiciéndolas a ellas y maldiciéndome a mí por ser como soy y no encajar en su idea de hombre. "por qué?" me preguntaba, "qué hice mal?" me obsesionaba con la idea, un misterio sin respuesta. cada vez me masturbaba más y en mi pecho se instaló una sensación de pesadumbre. era un pobre infeliz. llegó un punto que traté de tomarlo con filosofía y salía a caminar por horas, a maquinar planes de acción que en retrospectiva eran sólo el delirio desesperado de un ingenuo solitario. el gran coraje que tengo en el corazón se inflamó y decidí luchar. y luché, luché como nunca había luchado en mi vida, luché hasta que caí al suelo todo violado emocionalmente por el rechazo y vi la magnitud del problema, viví la advertencia del hombre mamón, era como empujar una puta montaña, era como tratar de alcanzar la luna, no podía hacerse, tendría que dejar totalmente de ser yo para empezar a ver resultados. todo estaba en la mierda cuando alguien me contó sobre un grupo de ayuda en la iglesia, al principio lo descarté como basura, pero cuando mis opciones se volvieron la homosexualidad, la más popular entre los jóvenes del pueblo, el suicidio o el grupo, opté por el grupo. éramos las personas más patéticas del mundo. leíamos poemas que les escribíamos a las mujeres del pueblo, enseñábamos dibujos de nuestras bodas y llorábamos abrazados, pretendiendo que a quien abrazábamos era la muchacha con la que estábamos obsesionados y le decíamos lo mucho que nos había herido. fui al grupo como 2 semanas y luego me di cuenta que hacerle el amor a hombres es menos gay que lo que tomaba lugar en esa iglesia. pensé todo perdido, la esperanza putrefacta y estaba listo para tomar mis cosas e irme de ese pueblo maldito. ponía cajas en mi carro cuando llegó el tipo del principio "no hay escape" dijo serio, viéndome detenidamente "al lugar a donde vayas las mujeres parecerán monstruos y te joderás el doble". "vete a la mierda!" le grité sin verlo y sin detenerme, "la asexualidad es la respuesta" dijo como con pena, viendo el suelo, fumando. "la asexualidad?" repetí, confundido. "así es. es lo que yo hago y desde que he suprimido, con la ayuda de la marihuana y la fuerza de voluntad, todo deseo sexual, la vida no ha sido más chistosa" se acercó un poco "ver a los pobres idiotas estrellarse millones de veces contra la muralla de hielo que protege el corazón de esas mujeres es muy divertido" se recargó contra el carro y vio el horizonte "te he visto y creo que tienes la fortaleza para superar esta terrible enfermedad" lo veía serio, interesado en lo que proponía "enfermedad?" repetí, "sí, la peor de todas". me recargué en el carro yo también. "que se vayan a la mierda" me dijo, liberando su amargura, pero a la vez libre del martirio del deseo "a la mierda?" "sí, a la mierda", me quedé pensativo unos segundos, recordé que una vez tuve dignidad y respeto hacia mí mismo, recordé esos tiempos donde iba y venía con mi frente en alto, sin preocupación alguna, sin esa molesta sensación de ansia, sin estar caliente todo el tiempo, "ok" le dije, viéndolo, sonriendo "a la mierda". "toma" me dio un porro súper gordo y apestoso "necesitarás esto", "pero yo no hago drogas" confesé, sintiéndome como un bebé. "es tu medicina" y fumamos y reímos toda la tarde.

poco a poco el deseo fue desapareciendo y gracias al efecto de mi medicina veía a las mujeres del pueblo más como arte, como esculturas que se movían y pinturas que hablaban, que como los sacos de sexo que las creía antes. el lugar del llanto y la miseria fue tomado por la risa y la felicidad. el tipo y yo nos sentábamos en la escuela, drogados fuera de nuestras mentes, y reíamos de los pobres ilusos que intentaban sin éxito ligarse a mujeres que morirían sin conocer el verdadero amor. un día llegó alguien nuevo al pueblo y, mientras bajaba cosas de su carro, lo invité a un café, tenía algo muy importante que contarle.

Thursday, November 11, 2010

mi amigo el down

pompitas alonzo, el escritor de este cuento, estaba dando una conferencia sobre su nuevo libro "chismes de los famosos". la conferencia tomaba lugar en un pequeño auditorio que estaba a reventar. pompitas, vehemente, movía las manos y la cabeza, recordándole a uno a Adolfo Hitler, por sus discursos, no sus políticas. con sus gritos y ademanes emocionaba a las personas del lugar. todo el mundo aplaudía y se la pasaba muy bien, reían y se abrazaban. la conferencia se acabó. pompitas empapado en sudor, firmaba tetas de muchachitas impresionables y agitaba la mano de hombres en busca de identidad. el auditorio estaba casi vacío, pompitas y su agente, editor y amigo, josue, platicaban sobre cosas sin sentido, fumando cigarrillos y tomando cerveza. "sí, ahuevo, rock n roll" decía pompitas, riendo y pasándosela bien, él y josue parecia compartían un cerebro. de la nada, como si fuera producto de la generación espontánea, salió una jovencita que capturó la escabullidiza atención de nuestro protagonista. se quedó con la boca abierta y se le cayó el cigarro. "hardcore" decía en la ajustada playera rosa de la muchacha morena súper guapa de aproximadamente 19 años. "josue" susurró pompitas y giró a su amigo hacia la preciosura que se acercaba, los dos se quedaron hipnotizados por la poderosa belleza. "hola" le dijo a pompitas, "que onda, nena" contestó él y el cierre de su pantalón fue puesto a prueba. un momento de esos donde nace el amor, con viento, magia y esa mierda, fue interrumpido por "este es ramirito" y de atrás de ella salió un niño con down, transgrediendo el momento. "un niño con down?" preguntó pompitas, comprobando la realidad "en serio?" no se dio cuenta de lo fuerte que lo dijo y produjo ese momento incomodo al que todo quien lo conoce está acostumbrado. la muchacha recuperó su cool y dijo "sí, el es ramirito y tiene sindrome de down". josue y pompitas intercambiaron miradas. "es un gran admirador tuyo" dijo la sexy jovencita con su abrazo alrededor de ramirito quien balbuceó algo incomprensible, la joven mujer rió y tradujo "dice que ha leido todos tus libros". pompitas no sabía que hacer, sólo estaba ahi parado, incomodo, los downs lo sacaban durísimo de onda. el down volvió a balbucear, josue y pompi voltearon automaticamente hacia la mujer quien caía en cuenta que las dos personas que tenía en frente no eran tan buena onda como se imaginó, "dice que te invita a comer a su casa", "ah" hizo alonzo y sus ojos escaparon hacia los pequeños y, a la vez, hermosos senos, ahi sin ser manoseados, invitandolo a agarrarlos, "vamos, ven, toma uno", "ohh" y pompitas empezó a babear. josue le dio un discreto codazo, la mujer no podía más con el nefasto cabrón que tenía en frente y si no fuera por ramirito nunca tendría nada que ver con alguien como él. ella estaba acostumbrada a hombres ordinarios, posesivos e inseguros. "ok" dijo pompitas, regresando de su trance. y allá fueron los 4, en un lujoso carro hacía la mansión donde vivían ramirito, su madre, la jovencita y el ejercito de sirvientes que dependían de la familia para darle de comer a los suyos. en el camino, ramirito, de una lunchera con la cara de pompitas, sacó una mandarina y se la ofreció al escritor. no es secreto que pompi ama con todo su corazón las mandarinas y no pudo rechazarla a pesar de que estaba psicoticamente seguro de que la mano de ramirito había estado en lugares espantosos. estuvo a punto de decir "no, gracias, pequeño ramirito" pero los lindos y captivantes ojos de la muchacha se posaron en él y perdió control de sí mismo. "voy a forzarte a amarme" amenazó calladamente a la mujer-niña, llenando su boca de gajos.

entraron por el portón de la gigantesca mansión. recorriendo las jardines magníficos, pompitas estaba agradablemente impresionado por lo que llegaba a sus ojos, siempre tuvo una secreta admiración por los ricos y no tan secretamente los envidiaba y deseaba sus cosas y sus lujos. llegaron a la casa principal. pompitas, josue, la muchacha y ramirito, el sindrome de down, entraron a un recibidor súper padre. fueron recibidos por la sirvienta # 43. "la señora los espera" dijo maltratada por el status quo. ramirito salió corriendo trás la jauría de pomeranias que corre libre por la propiedad, la muchacha lo siguió. pompi y josue siguieron a la sirvienta, caminaron como 3 km y llegaron a unas puertas con escenas de uno de los cuentos de pompitas espectacularmente talladas en ellas. "adelante" les dijo la sirvienta y señaló las puertas, "ok!" gritaron los amigos. abrieron las puertas y frente a ellos un estudio como no habían visto nunca. "de puta madre!" exclamó alonzo, impactado por el nivel del diseño y decoración. una señora elegante y una vez guapa en sus 60's estaba sentada atrás de un escritorio, al verlos entrar, se paró a recibirlos. "señor alonzo" y le tendió la mano, pompitas la tomó y, al sentir la piel contra la suya, supo inmediatamente que había algo especial en aquella señora. "pompi" murmuró josue en el oído de nuestro amigo y escritor favorito, "es Conchita Riveiro", "la chica yé yé de los 60's?" "la misma" "ohh". si esto fuera wayne's world los muchachos se hubieran tirado al suelo y hubiéramos imaginado una mala imitación de ese gag tan padre, pero como esto sólo es un cuentito, josue y pompi se quedaron en su lugar y sintieron su pene inflarse. "mi hijo, como lo fue mi difunto marido, es gran admirador suyo" confesó la mujer, "le encantan sus cuentos y sus chismes de famosos, yo, para serle franca, no les encuentro la menor gracia, pero estoy segura de que no soy parte de su público", "nada de nervios" contestó pompitas, distraído. "ahora... me gustaría que me siguieran al comedor que ya es hora de comer" y la siguieron hasta otra habitación sacada de ese programa de VH1. se sentaron y les sirvieron comida deliciosa. "señora Riveiro, debo decir que esta comida ha llenado el profundo vacío que desgarraba mi alma" josue siempre fue un tipo muy agradecido, pompitas estaba ocupado pidiendo más. acabaron de comer y platicaron. pompitas, como es incapaz de pasar, una vez que le dan foro, la oportunidad de expresar sus más incoherentes ideas, habló y habló sobre todo tipo de locuras. josue se notaba un poco incomodo, pero entretenido, en cambio, una mujer de mundo como Conchita Riveiro lo veía con cara de "puta madre, cuando se va a callar este imbecil?". se detuvo por fin cuando el antojo de un cigarrillo llegó a su cabeza. "voy por un cigarro, nadie viene?" sus acompañantes movieron la cabeza de izquierda a derecha y repitieron. pompi salió al jardín y encontró a la muchacha, sentada, dandole la espalda, cantando con mucho sentimiento una canción de Françoise Hardy, la favorita de alonzo, "je n' attends plus personne". pompitas fumó recargado en una columna, viendo conmovido a la jovencita cantar como un ángel. acabó y pompi se acercó a ella, aplaudiendo, haciéndose el gracioso. la mujer al ver a nuestro héroe, primero se espantó y luego hizo cara de desagrado. "te molesta si te acompaño?" no le dio tiempo de contestar, se sentó y empezó a hablar sobre cosas sin importancia. la muchacha tenía ganas de llorar cuando pompitas la invitó a salir, ella no pudo evitar soltar una risita despectiva y supo que era su momento de poner a este ojete en su lugar. "en primera, alguien como yo nunca, pero nunca! saldría con alguien como tú. en segunda, eres la persona más megalómana, narcisista, egocentrica del mundo, te llamas a ti mismo escritor cuando lo único que haces es robar ideas de otros y juntarlas con groserías y tonterías. te crees muy gracioso, pero la verdad sólo das pena. hazme el favor de dejarme en paz y nunca volver a hablarme en tu vida", inmediatamente al acabar, la jovencita se paró y se fue para siempre. la violenta cachetada psicologica borró la sonrisa de pompi y puso en su lugar una mueca de tristeza. ahi se quedó sentando, con frio, sintiéndose como un perro, viendo, bajo el cielo gris, el inmenso jardin extenderse hasta donde alcanza el ojo. en ese instante llegó ramirito, acompañó a pompitas y recargó la cabeza en su hombro. "oh ramirito, tú eres mi amigo" colocó la mano en el cachete de ramirito, "mi amigo el down". josue salió para encontrar esta tierna escena. "pompitas! es hora de irnos!" y allá fueron los dos, de regreso a sus vidas, con un amigo nuevo y una súper chistosa historia que contar.

Sunday, November 07, 2010

tuve un sueño el otro día. andaba en bicicleta por las calles de mi niñez. se me hizo raro porque yo de niño no sabía andar en bicicleta, aprendí hasta mi tarde adolescencia. bajaba a toda velocidad por una calle vacía en una bicicleta sin frenos, pequeño detalle que nunca ocupó mi mente, lo que se me hizo extraño también, porque ahora en mi primera adultez no hay nada más indispensable que los frenos. un sentimiento absoluto de libertad recorrió mi cuerpo, con el aire de la velocidad cubriéndome, sintiéndolo en mi cara, con mis cabellos bailando, recordándome a mí mismo. desperté con el sentimiento todavía explotando dentro, abrí los ojos y me encontré pensándome como el yo del sueño. salté de la cama, me puse unos pantalones de pana, una playera de Rainer Werner Fassbinder, mis tenis con más historias que contar que la mayoría de las personas de 50 años y salí a la calle. el fuerte sol traído a mí por el cambio climatico, el gravitacional curso del planeta y la debilitada capa de ozono me cegó unos segundos. "dios mio" dije todo programado, atravesé el estacionamiento seguro de mí mismo, subí a mi maquina, el radio, como siempre, a todo volumen, y de las bocinas tronó un ritmo que se fusionó con el actual estado de mi alma y el espíritu se recargó al grado de creerme imparable. puse mi pie sobre el pedal y lo pise a fondo, con los ojos tan abiertos como es posible, con la playera empapada en baba y con el corazón latiendo tan duro que lo sentía como un puño contra mi pecho. allá fui, tenía que salir de la ciudad.

manejé por horas hasta que se me acabó la gasolina. estaba en un pequeño poblado llamado estroncio. abandoné mi carro y di un vistazo, un pueblo horrendo perdido en el desierto, con 4 edificios separados por la carretera. "así que aqui es donde debo vivir de ahora en adelante" le dije a un indigena que me olía la axila. "choc chu chap chap" me contestó el indigena. "genial" le contesté, confiando en que era un indigena cool y no se me había insinuado sexualmente. acomodé mi cabello, puse un cigarrillo en mi boca, le di fuego y entré a una tiendita color rosa. "buenas" le dije a la mujer horrible atrás del mostrador. "hola" dijo ella y me enseñó que no había dentista en el pueblo. "busco una pensión, mi amable señorita" y le regalé un guiño tan coqueto que algunos lo considerarían pecado. "una pensión, eh?" repitió la muy hija de la verga. "bueno, hay dos pensiones, mi estimado caballero" señaló a un montón de papitas de marca desconocida "en esa dirección está la pensión de la señora consuelo" y luego señaló una maquinita descompuesta y dijo "pa allá está la pensión del señor ortencio", "con que ortencio" dije, entrando en un trance. mi mente escapó de mi cuerpo y corrió por el tiempo hasta 5to de primaria. regresé a mis primeros años de colegio. otra vez sentado, viendo al profesor de matemáticas, ortencio contreras. me gritaba, escupiéndome en la cara, me decía que era un inútil y que mi vida sería un completo desperdicio, que debería acabar con todo de una vez y ahorrarle a mis padres dinero. yo, un pequeño niño de 11 años, lo miraba serio, pensando "pero qué hijo del pito tan mamalón". desperté del trance con niños cafés sacando cosas de mis bolsillos. "niño!" grité, alejándolos de mí como uno de campamento aleja a los mosquitos. para no volver a caer en trance similar opté por alojarme en la pensión de la señora consuelo. "muy amable" le dije a la horrible señorita, puse mis manos en sus mejillas y para mostrar mi gratitud la besé tiernamente, comunicandole lo mayor del sentimiento. salí de la tiendita y seguí a la carretera hasta una casa vieja, con un moño negro arriba de la puerta, en una pared, negligentemente pintando, se leía "PECIÓN DE LA CELLORA CONZUELO GUADALUPE ARTIAGA". toqué la puerta. en lo que esperaba a que abriera le pedí a la suerte, al destino y a la naturaleza que no todas las mujeres sean como la de la tienda, un sabor desconocido en extremo desagradable jodía a mis papilas gustativas, que una por lo menos sea linda y que haga a mis hijos hermosos y por consecuencia exitosos. la biología explotaba. "mierda" dije, volteando hacia mi pene, "no ahora". maldigo al creador, maldigo lo poco manipulable que es el cuerpo humano, me gustaría tener control sobre esas cosas. prender y apagar mi calentura a voluntad. una señora gorda semi-enana con un delantal y un tatuaje de un torero en el brazo, abrió la puerta. "en qué puedo ayudarlo?" me preguntó, deslumbrada porque mi cara estaba contraluz. "quiero un cuarto, respetable persona" le dije, más demandando que pidiendo. "50 peso" dijo ella, secándose el sudor de la frente con su delantal, "el día?" pregunté ingenuamente. "pendejo" noté que decía en el delantal de la señora, "no, el año" corrigió con ganas de reír. "50 peso el año?!" "así es, nadie viene por acá, yo sé que es caro, pero por favor, señor, yo soy una pobre anciana, casi una enana, qué quiere de mí?! bueno, le digo algo... déme 45 peso y listo, es lo más que puedo bajar... tenga piedad de mí... tenga piedad!" le señora me llenaba los pantalones de moco y baba. a mí la verdad se me hacía muy poco, pero la señora se había mostrado desesperada y ¿qué hace uno con alguien desesperado? uno toma ventaja. "le doy 25 peso" regateé, imaginando a un demonio poniendo un pequeño letrero con mi nombre en un pequeña habitación en el infierno. "25 peso? está bien, 25 peso, pero me los da ahorita mismo", me aburría así que decidí no regatear más, saqué mi billetera llena de dinero, tomé uno de 20 y quedé en pasarle los 5 luego, ella no tenía de otra y aceptó. "le muestro su cuarto, el cuarto más bonito de la pensión". recorrimos la casa. era una casa vieja, vacía, alguna vez tuvo estilo, pero ahora todo estaba lleno de polvo y descuidado. la decoración era sorprendentemente elegante y había retratos de gente blanca en las paredes. la señora consuelo explicó que ella fue la sirvienta de unos ricachones que querían alejarse de la ajetreada vida capitalina y habían buscado refugio en medio de la carretera. vivieron ahí unas semanas y después, sin decir nada, desaparecieron. llegamos a mi cuarto. no sé si era el más bonito, pero sin duda alguna era la mejor habitación en la que había estado en mi vida. muebles caros y todo de increíble gusto. "desayunamos a las 10, comemos a las 3", "de acuerdo" dije, admirando el cuarto. "aquí está la llave" y puso una enorme llave dorada en una mesita tan linda que tocaba un lugar especial de mi corazón. "muchas gracias" le dije, sonriendo. abrí la ventana y ante mí el aparentemente interminable desierto mexicano. "creo que puedo acostumbrarme a esto" declaré, dejándome caer sobre la cama. un segundo en ese comodo colchón diseñado por mentes extranjeras, ejemplo de lo que es capaz esta especie que aveces a uno lo hace dudar si evolucionamos del todo, pero gracias a estas pequeñas excepciones la certeza de que el humano es número uno vuelve violentamente y se instala hasta que alguien la expulsa con alguna pendejada, y me quedé dormido.

a la mañana siguiente comí un animal del que nunca había oído y tomé el café más sabroso que he probado. decidí conseguir un oficio y me dirigí a una vulcanizadora. el dueño era un viejo ciego que tenía 2 hijos, Guillermo, la clase de persona que nunca se esperaría encontrar en un lugar como ese, un intelectual que leía vorazmente y sabía todo lo que uno puede saber sobre toda clase de cosas, todos los años viajaba en su bicicleta a la biblioteca más cercana y robaba todos los libros que podía cargar, y Eduardo, el hombre más gracioso que haya conocido en mi vida, había perfeccionado el arte de la comedía y ahora tenía control absoluto sobre lo gracioso que era, con su súper poder curaba gente constipada. habían llegado a la cima de sus areas de interés por el perenne ocio que reinaba sus vidas. nadie se paraba por ahi y nunca habían vulcanizado nada. sin titubear me dieron el trabajo de ayudante y dejé que llenaran mi vida con sus talentos. Guillermo me dio "tropico de cancer" de henry miller. me sentaba todas las tardes en un tambo y leía hasta el acaso. por las noches escuchaba a Eduardo hacer su rutina de comedia, nunca había reído ni pensado tanto. mi vida excedía cualquier fantasía. lo único que faltaba era una mujer que me permitiera descargar en ella mi biología. una tarde, vestido con mi overol que decía en la espalda "vengo a arruinarte el escusado", fui con Guillermo y le pregunté si había más mujeres en el pueblo que la señora consuelo y la señorita horrible de la tiendita llamada Cristina, él leía como siempre, no apartó su vista del libro, extendió su brazo en mi dirección, con un dedo levantado, pidiendo un segundo. acabó de leer, puso el separador, cerró el libro y me vio. reconoció en mis ojos al animal que soy, suspiró y se preparó para soltar la terrible verdad. se levantó de la silla, me tomó de los brazos, podía ver en su gesto que la respuesta a mi pregunta era una que no me iba a gustar y era esa clase de respuesta que es una patada en los testículos, metaforicamente hablando. "no, no hay más mujeres en este pueblo" contestó. "y ahora? y ustedes?" pregunté algo confundido "hemos decidido dejarnos desaparecer, no queremos mudarnos, nos encanta vivir aqui y no llegan más mujeres", "pero..." buscaba con todas mis fuerzas algo que decir, algo que contestar, pero quien toma la decisión de desaparecer seguro sabe lo que hace y por su cara deducía que este problema le había robado mucho sueño. me di la vuelta y me fui, él me siguió con la mirada, escupiendo tristeza por los ojos. esa noche en la pensión pense al respecto. pense toda la noche, pero no encontré solución alguna. me rendí, reconociendo que si la persona más cultivada del mundo no halló respuesta, para mí, un tipo como cualquiera, sería ridículo seguir intentando. tenía una decisión que tomar. salir del pueblo en busca de alguna o quedarme ahi, donde me sentía tan a gusto que la matriz de mi madre parecía un lugar sin sillas lleno de gente que huele feo. "ok" me dije, llenándome de coraje, había llegado a una conclusión, iba a olvidar mi deseo dorado de tener hijos hermosos e iba a ir tras el monstruo de la tienda conocido como Cristina.

a la tarde siguiente fui a la tiendita del pueblo e invité a Cristina a salir, ella me contestó que era lesbiana y que de todas maneras yo no era su tipo. "lesbiana?" repetí, viendo como con una escoba ahuyentaba a los niños cafés que lamían las paredes de la tienda. salí de la tienda y fui a trabajar. esa tarde acabé tropico de cancer, al leer la última palabra toda la libertad almacenada en el corazón de henry miller fue transferida al mio y reconocí que era la persona más libre que hay. "a la mierda" le dije al mundo y me senté en el tambo a contemplar la puesta del sol.

El estroncio es un elemento químico de la tabla periódica cuyo símbolo es Sr y su número atómico es 38.