Thursday, August 23, 2012

en sueños

5

desperté y la cruel sospecha de que todo había sido un sueño apareció en un rincón de mi cabeza. la sospecha fue creciendo hasta volverse certidumbre. así todo mi pasado regresó de golpe, donde estaba y porque. un sueño nada más, eras un sueño y ya. lo recordé todo, el remordimiento, la culpa, la cadena de años de malas decisiones. no quería abrir los ojos, me negué a aceptar lo inevitable. absurda rebelión. allá, afuera, me esperaba la ya acostumbrada soledad y el silencio desgarrador. sueños, sólo sueños. tus ojos y tu toque, mi felicidad y mi gozo, sólo sueños. traté inutilmente de volver a dormir.

me levanté minutos más tarde, tratando de olvidar el intricado, detallado, pero más que nada, perfecto sueño de cada noche. qué real parecia, juraría que fue verdad, como despierto ahora todo parecía entonces, pero no, seguía mi desesperante descenso hacía la nada, seguía en la misma lata perdida en las profundidades del espacio, lentamente perdiendo la razón, esperando la muerte. me acerqué a mi escritorio, tomé tu retrato y le hice una caricia, un lágrima se estrelló contra el vidrio y bajó hacia el marco. lo tiré a la basura y, antes de arrepentirme, accioné el botón que lo mandó a la oscuridad eterna que me rodeaba. ya no quería soñar contigo y me costaría menos trabajo la espera si no tenía a la dulzura de tus ojos alentándome a vivir. suspiré y me senté a intentar morir de hambre como todos los días y como todos los días, cuando el estomago no gruñía siquiera, me paré a comer desdichado la horrible basura enlatada. eso era lo peor de todo, abrir las puertas de la gigantesca alacena llena hasta el tope, contemplar el abastecimiento interminable, como construir un edificio con legos, era un golpe terrible a mi deseo suicida. el diseño de la nave no permitía detener el flujo del aire. no había medicinas, ni cuchillos, ni cuerdas, sólo el tiempo podía matarme, sólo el lento y brutal paso del tiempo podía ponerle fin a mi desgracia.

sentando en la oscuridad esperé a quedarme dormido, inutilmente empujándote fuera de mi pensamientos. deseé con todas mis fuerzas no volver a verte, a no volver a enfrentarme a ese espejismo que volvía sin falta, cruel destino, poco a poco me fui hundiendo otra vez, como arena movediza, en los sueños, me adentré y te vi sonriente, haciéndome olvidar que soñaba y que despertaría otra vez al aburrimiento irremediable de la espera. si tan sólo pudiera quedarme, si tan sólo no tuviera que regresar y dejarte, quedarme aquí, contigo, en sueños.

INSPIRADO POR IN THE REAL WORLD DE ROY ORBISON