Friday, January 29, 2016

Polvo De Papita

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román, todas las noches, soñaba que bailaba con su esposa muerta. bailaban en un salón bajo un candelabro, bailaban flotando y las risas y el brillo lo penetraban como a virgen enamorada. román soñaba que paseaba por Viena, agarrado de la mano con la mujer que hacía a su corazón saltarse un latido; su sonrisa, su modos, su manera de comer, de dormir, ¡ay!, y la felicidad se esparcía  hasta el último sótano, hasta la azotea entre nubes del edificio que era el espíritu de román. despertaba por los sonidos de la calle y, acostumbrado a que era imposible acostumbrarse a la diaria ruptura de corazón, suspiraba, acariciaba el lado vacío y se levantaba porque qué más daba.

iba y despertaba a su hijo ñoño. el hijo se ponía sus lentes y, viendo el reflejo de la parte de arriba de su cabeza, parado frente al lavabo, sintiendo la frialdad del mosaico, se cepillaba los dientes y el cabello. llegaba a sentarse a la mesa de desayuno silenciosa y por siempre fúnebre, y comía sus huevos con jamón, tomaba su jugo de naranja viendo a su padre roto. se preguntaba, viéndolo con curiosidad, sobre las decisiones, el pasado, del señor con el que vivía contemplando la nada con su perpetuo gesto de absoluta tristeza. se iba a la escuela a esperar quieto y callado. iba a práctica de lucha grecorromana donde era lanzado de aquí a allá, azotando el suelo, hasta acabar tendido, sintiendo cada molécula torturada, transfiriendo el dolor de adentro al de afuera. el azote del alma es peor que el azote del cuerpo. se paraba, cojeaba hacia el equipo congregado, juntaba la mano con las del resto de sus compañeros y gritaba "viva la lucha!". regresaba a su casa a comer en silencio, a ver la tele sin poner atención e irse a su dormir para repetir el día siguiente la aparentemente eterna rutina.

román gutierrez era ingeniero en alimentos y creó el polvo de papita más exitoso de la historia. los gorditos del mundo nunca se cansaban de su sabor y, en nada, remplazó a la sal como la opción obvia. la compañía de papitas le dio dos cheques pegados con yurex para cubrir la cantidad de 0's y, como a román nunca le gustó hacer nada más que estar con su mujer, dejó de ir a trabajar. unos meses de estar moviéndose como madero en una marea de sabanas, fuera del oscuro túnel de depresión paralizante, se paró a distraerse. paseando por la calle, encontró el lugar del canto. entró atraído por la voces y desde entonces ahí se quedó, llenando sus días cantando, llorando, queriendo morir, con el alma irreparablemente desgarrada. cantaba entre desconocidos todos los días, especialmente los martes de miseria, hasta que cerraban. al principio iba solo, pero al tropezarse con la mochila de su hijo y abrirse la cabeza, se le ocurrió invitarlo, justo lo que el niño necesitaba.

el lugar del canto empezó, hace mucho, cuando uno muy emprendedor compró una iglesia, echó todo lo religioso a la basura, puso buen sistema de sonido, contrató a varios aptos dj's y, conocedor de la relación pública y la publicidad, volvió a su negocio la actividad favorita de todo con dinero unos buenos 4 años hasta que pasó de moda y se empezó a llenar de puro raro. la gente que iba, por 5 pesos, se sentaba a cantar el rato que quisiera, en viejas bancas de madera y, con ayuda, si era necesario, de un cuadernillo con las letras, cantaba su corazón contento o hasta lo que la garganta diera. ahí, román y su hijo picaban su mal como llaga en paladar, como par de drogadictos en edificio abandonado, llegaban sabiendo todas las canciones en rotación y así pasaban su vida exprimiendo el barro tenaz de la tristeza con los dedos del canto.

pasó el tiempo y román, ya viejo, después de muchos años, solo, con el hijo quien sabe donde, sentando, mirando hacia el frente, esperaba a que empezara la siguiente canción. solemne, llegó el dj cargando una caja enorme con discos. román se acomodó, aclaró la garganta, unos segundos de silencio absoluto y empezó una canción que no estaba en el programa, una canción que román reconoció de inmediato. no la había escuchado desde ese viaje a europa y ahora provenía de todos lados. la sorpresa, lentamente, lo fue poniendo de pie y se le hizo un nudo en la garganta, se le llenaron los ojos de lágrimas, puso el puño en la boca trémula cuando, de las excelentes bocinas, salió una voz dorada y veintisiete ángeles del más allá. román, tambaleándose, abandonado unos segundos por el equilibrio, se tardó dos palabras en alcanzar y unirse al canto. cantaba y su voz aumentaba de volumen, con cada nota la mente se le iba llenando de recuerdos de ella. acercándose al final, se acordó de esa su parte favorita y, antes de que empezara otro pensamiento, la escuchó como si estuviera cantando junto a él. sintió su mano agarra la suya, sintió su calor cubrirlo todo. como uno en la primera regadera después de estar perdido en el desierto, se sintió román y el espíritu apareció como recién llegando de la lavandería espiritual. cantaron juntos ese día y el siguiente y así hasta que el cuerpo se detuvo.

OBVIO INSPIRADO POR TAKE THIS WALTZ DE LEONARD COHEN

Monday, January 11, 2016

10! años de locura y emoción!

Hola,

10 años...

cristo jesús, no sé que decir. cuantos años, cuantos cuentos.

una década de m.u.n... madre.

un súper beso y abrazo a todos los que leen o han leído y por qué no a los que leerán en el futuro.

seguiré escribiendo hasta que mis dedos de anciano enfermo no puedan y mi cerebro infectado por senilidad y una vida de abuso no me permita darle click en publicar.

espero cosas grandes próximamente, tal vez ahora sí publicar en el mundo real, tal vez no, qué importa. muerdemeunanalga es para siempre.

sigan leyendo, pasándola bien y perdonando el ocasional typo.

otro beso y otro abrazo,

atte.

A.M. "pompitas" Alonzo