Tuesday, April 08, 2014

para nunca regresar

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tomé mis cosas y fui a la plataforma interestelar. hace tiempo no tenía nada que hacer y paseando por ahí encontré un panfleto que me invitaba a salir de la tierra. la cosa era que no se podía regresar, una vez en la misión el suicidio era la única manera de renunciar, parecía algo diseñado específicamente para mí. leí por ahí que la gente normalmente se aventaba al espacio y le explotaban los adentros, dura manera de morir. la tarea era ir de planeta en planeta, en una especie de informal investigación sociológica, a investigar la forma de vida de las criaturas en el universo, se aprendía lo que se podía y luego se seguía adelante, al siguiente planeta. sonaba bien y firmé. pasaron los días y se me olvidó que me había inscrito en la aventura espacial. me llegó una carta un día, decía "prepárate" tenía una semana para el comienzo del entrenamiento. "está bien" dije y me fui de fiesta. desperté en un vado 6 días después, pasé el último en la regadera. tomé mis cosas y fui a la plataforma interestelar.

me amarraron a un cohete junto a otros 9 tipos y me lanzaron al espacio. mis compañeros de misión eran tremenda colección de ñoños y raros, nadie adaptado quiere irse para nunca regresar. apenas hablábamos, no teníamos nada que decirnos. las mujeres estaban prohibidas en la expedición porque los hombres fácilmente se rendían ante el deseo y el drama empezaba. muerte, sexo, destrucción y todo se iba a la basura. yo extrañaba ver muchachas, pero más allá de eso me tenía sin cuidado, no tengo la personalidad para enamorar. el entrenamiento fue un paseo por el parque, cuando no tengo distracciones puedo hacer lo que sea. aprendí ruso y me pusieron en la mejor condición física posible. salía a correr y primero me aburría antes de cansarme. "genial" dije y acabé hasta arriba de la lista de desempeño. en un año estaba listo para abandonar el planeta que me vio convertirme en un sucio inadaptado con salir sin regreso como única opción. un martes por la tarde todo estaba estaba listo. un sacerdote fue a darme la bendición, le escupí en la cara y le dije "basura". me amarraron a un cohete junto a otros 9 tipos y me lanzaron al espacio.

así pasó el tiempo y la aventura continuaba. el ambiente en la nave era uno pesado. en menos de año y medio 5 tripulantes ya se habían suicidado. un domingo según la computadora, nos reunimos en la única ventana de la nave y vimos a faustino flotar hacia la nada, "hacia el olvido!" gritó german, "al demonio" dije antes de desayunar deliciosos huevos con jamón. nuestros compañeros se suicidaban, yo suponía tirado en mi camastro, con las manos bajo la cabeza, viendo el techo, porque la misión probó ser más difícil de lo pensando. al parecer los terrestres no son queridos en ningún lado, nuestros vicios en la personalidad son incomprendidos en todos los rincones del cosmos. somos los hijos de puta más odiados en esta y muchas otras galaxias. "mierda" decía al ser discriminado y buscaba la droga de moda del lugar. cuando estoy todo drogado soy muy simpático y poco a poco fui ganando una fama de ser buen tipo y mi ojetez resultó no ser tanto mi culpa, es la tierra la que debe ser señalada cuando tiro basura, mastico chicle ruidosamente o consumo más de lo necesario. yo estaba de acuerdo con la renuncia a la responsabilidad y me gustaba llegar a un nuevo mundo, hacer peligrosa cantidad de droga y no ser tratado con amenazas e insultos. mis compañeros se alegraban de mi popularidad, nos costaba menos hacer nuestro trabajo. contentos íbamos de planeta en planeta juntando información. así pasó el tiempo y la aventura continuaba.

miré mi reflejo en la ventana y me quedé viendo las lágrimas congeladas. en un punto de la misión, si me hubieran preguntando hubiera contestado sarcásticamente "no, no creo que los buenos tiempo duren para siempre... estúpido" y lo hubiera creído también. no había nada que se interpusiera en nuestro camino. los suicidios se habían detenido por completo y los planetas visitados nos recibían cada vez mejor. y de pronto, de la nada, como un balazo perdido cruzando la eternidad sólo para darme en medio de las cejas, llegamos al borde de una galaxia cuyo nombre no puedo pronunciar ni escribir tampoco. aterrizamos en un planeta bello, pasto verde, cielo azul etc y mujeres guapas por doquier. bajamos y echamos un vistazo, el protocolo era descuidadamente seguido y buscamos eso que me hiciera ganarme a la población. ya estaba contra la pared balbuceando carisma y encanto cuando la vi ahí parada sonriendo con los ojos brillando, irrumpiendo en mi alma, prometiendo obsesión, graffiteando en mi corazón su nombre y mis genitales, después de mucho tiempo de permanecer aletargados, rugieron furiosos buscando satisfacción y acabé completa y absolutamente enamorado. caí al suelo y me retorcí quejándome, maldiciendo al destino "todo está acabado" le dije a julian "he aquí mi fin" y fui tras ella. por supuesto, como asqueroso y miserable terrícola que soy, fui rechazo. en ese planeta perdí la dignidad y el respeto hacia mí mismo. hice cosas que jamás haría y todo para nada, ni un centímetro ganado, pura derrota. sonó la alarma en nuestros relojes que marcaban la hora de partida. fui a despedirme de ella y la encontré abrazada con uno de su especie. me sentí como un perro y, colorado y vencido, cantando canciones de desamor, ayudado por mis compañeros de tripulación, subí a la nave sin mirar atrás. nos elevamos y salimos del planeta. una ruina de hombre con la mirada fija en la nada. y así flotábamos casualmente por la oscuridad, mis compañeros me miraban con lástima, "para nunca regresar" me cantó alberto. todos, incluyéndome, sabían lo que iba a pasar, no prologué más lo inevitable y sin ceremonia salí al espacio. miré mi reflejo en la ventana y me quedé viendo las lágrimas congeladas.